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La Habana,   
 
Don Martín: Desde Cidra trajo un recado
Jorge Alfonso
Colaborador de Rebelde
  Historia  
Martín Dihigo Llanos  
Durante largos años, casi un siglo completo, los cubanos seguidores del máximo pasatiempo nacional tienen por costumbre establecer comparaciones y una de las más famosas relaciona a Martín Dihigo Llanos, considerado dentro y fuera del territorio nacional el pelotero más completo de todos los tiempos.

Por supuesto, Dihigo recibe tal distinción porque es el único capaz de figurar en los salones de la fama de cuatro países diferentes: Cuba, México, Venezuela y Estados Unidos, lugares donde siempre exhibió la condición de verdadero fuera de serie.
La historia de Martín, también conocido como El Inmortal, comenzó el 23 de enero de 1923, cuando recibió la añorada posibilidad de jugar la tercera base con el equipo Rojos del Habana.

Algunas semanas antes de la inauguración de la temporada, Miguel Ángel González, otrora estelar receptor en el béisbol de las Grandes Ligas, recibió informaciones relacionadas con un mocetón de 16 años de edad, procedente de la provincia de Matanzas, quien reunía todos los poquitos para imponerse en el béisbol rentado.

De inmediato, el dueño del Club Habana lo mandó a buscar y le realizaron varias pruebas al muchacho con el bate entre las manos y como defensor de la tercera almohadilla, posición en la que sentó cátedra debido a sus movimientos felinos y potente brazo.

Sin embargo, pasado algunos años, ahora convertido en un verdadero consagrado en los torneos invernales cubanos y en las ligas negras estadounidenses, Martín Dihigo contó a uno de los reporteros de la época lo sucedido el propio día del debut, 21 de enero de 1923.

“Ese día nos enfrentamos al equipo Marianao, dirigido entonces por su propietario Baldomero Merito Acosta y ya con el juego prácticamente decidido para los marianenses, Miguel Ángel me mandó a cubrir la tercera base. Por cierto, los tres outs de la entrada fueron en fáciles roletazos a mis manos”.

Así, sin ningún tipo de dudas, comenzó la triunfal carrera. Algún tiempo después se supo que había participado en varios campeonatos de la categoría juvenil desde que cumplió los 13 años de edad hasta que en 1921 jugó el campo corto del equipo Piratas de Matanzas, en un torneo semiprofesional celebrado los fines de semana en el terreno Palmar de Junco.

A lo largo de casi dos décadas, Dihigo deleitó a los fanáticos cubanos, estadounidenses, mexicanos, venezolanos y dominicanos, lo mismo desde la lomita que con el bate en la mano, pues demostró ser un virtuoso en las nueve posiciones.

El mejor ejemplo para corroborar tal afirmación lo encontramos en los resúmenes estadísticos del campeonato cubano de 1935-1936, en el cual vistió la franela del conjunto Santa Clara y conquistó los títulos de bateo (358) y de los lanzadores (11 triunfos y dos reveses).

Debido a su condición de negro, nunca pudo desenvolverse en el béisbol de las Grandes Ligas; pero al concluir la primera temporada en el certamen profesional cubano, ya el empresario Alejandro Pompéz lo incluyó en la nómina del Cubans Star.

Durante 12 campañas (entre 1922-1947) alternó con jugadores del calibre de James Cool Papa Bell, Oscar Charleston, Joshua Gibson, Leroy Satchell Paige, Sam Lloyd y muchos más, en distintos equipos de las Ligas Negras de los Estados Unidos.

Si bien es cierto que Martín Dihigo no logró la aspiración de jugar con las mejores estrellas de la Grandes Ligas, algunas veces pudo enfrentarse a peloteros de la talla de George Babe Ruth, Lou Gehring, Grover Cleveland Alexander, entre otros, en juegos de exhibición y muchos conocieron las excepcionales cualidades del jugador cubano.

Cuando hace años le preguntaron al entonces vicepresidente de Los Ángeles Dodgers, Al Campanis, quien era el jugador más completo que había visto, contestó sin pensarlo dos veces: MARTIN DIHIGO.

Sin embargo, Campanis no estuvo solo en su aseveración, pues otras grandes figuras del béisbol como John McGraw, Satche Paige, Hilton Smith, Buck Leonard, Doc Cramer y Johnny Mize, pensaron lo mismo.

Después de ver en acción a Dihigo para explicar que clase de pelotero era, Leonard, dijo: "El fue el mejor todos los tiempos, blanco o negro. Ustedes escojan a Ruth, Cobb y DiMaggio, que yo me quedo con Dihigo".

Otro de los jugadores estelares de las Grandes Ligas, Johnny Miza, quien tuvo la oportunidad de jugar con Martín en la República Dominicana hacia 1937 comentó cierta vez: “En varias ocasiones en el campeonato los lanzadores preferían darle base intencional para trabajarme a mí”.

Cuando regresó de jugar en Venezuela en 1935, el jardinero Doc Cramer de los Medias Rojas de Boston, comentó que se había enfrentado a jugadores como Joshua Gibson y Oscar Charleston en partidos de exhibición, pero que de romperse la barrera racial imperante en ese momento, Dihigo hubiera sido el mejor en saltar a las Grandes ligas.

En realidad, ninguno estaba muy lejos de la verdad, pues Dihigo se distinguió en todas las posiciones, pero en especial como lanzador y bateador.

Dihigo nació en el barrio de Pueblo Nuevo, Matanzas, el 25 de mayo de 1905, asistiendo a la escuela publica No. 8 de José Tomas. Su padre Benito Dihigo, veterano de la guerra de independencia en Cuba, trabajó en un central azucarero, mientras su madre Margarita Llanos, realizaba las labores domesticas.

En 1937 debutó en México con las Águilas de Veracruz, contando con 14 años en el profesionalismo. Posteriormente vistió los uniformes del Torreón, Nuevo Laredo y San Luis de Potosí, comandando a varios de ellos. También paseó su nombre por Panamá, la Republica Dominicana, Venezuela y Puerto Rico.

En 1938, en México, estableció un record sin precedentes con las Águilas de Veracruz, al conquistar el campeonato de los bateadores con .387, barriendo además en el departamento de lanzamiento, al adjudicarse los títulos de ganados y perdidos con 18-2, porcentaje de carreras limpias permitidas con 0.90 y de ponches con 184. Finalizó su carrera en tierra azteca con marca de 119-57.

En Cuba, durante la temporada de 1935-36, guió a los Leopardos del Santa Clara a la conquista del campeonato como manager del equipo. Como si fuera poco, capturó 9 liderazgos individuales, incluyendo la corona de los bateadores (.359) y de los lanzadores (11-2).

Lideró el circuito en carreras anotadas (42), empató con Willie Wells en hits (63), - triples (8), carreras impulsadas junto a Bill "Cy" Perkins (38), -juegos completos como serpentinero (13), ganados (11) y blanqueadas propinadas (4).

Como es de suponer, fue elegido el Jugador Mas Valioso. Implantó otro record mundial al integrar los Salones de la Fama de tres países distintos: Cuba, Estados Unidos y México.

En Cuba ganó 106 de los 120 desafíos que lanzó completos. Fue campeón de los pitchers en ' 3 temporadas; líder en juegos ganados (2), lanzados (2), completes (2).Como bateador en Cuba: líder en hits 3 veces, en carreras impulsadas (1), en bateo (1). Bateó par de veces los 400 de average y conectó 4 dobles en un partido, el 15 de noviembre de 1928.

En su primer año como jugador de las Ligas Negras, en 1923, lideró los jonrones (11) y repitió 1926 y 1927, a la vez que bateaba para promedios de .421 y .370 respectivamente. Jugó en varios Juegos de las Estrellas entre peloteros de la raza negra.

Durante 1932 se fue a jugar a Venezuela, donde pasó tres campanas. El 21 de agosto de 1932, dejó sin hit ni carrera, al Cincinnati de La Güaira en la Liga de Verano y a la vez ponchó a 15 bateadores, proporcionándole la victoria al Concordia 4-0.

El 18 de septiembre de ese año, ponchó a 17 jugadores del Caribe en 10 entradas, concediendo solamente 4 hits y guiando al Concordia a un triunfo de 3-2. En 1933 finalizó con record de 6-0, con un increíble promedio de carreras limpias de 0.15. El 23 de julio, dejó en un hit al Caribe, conectado por Perucho Cepeda (el padre de Orlando) en el séptimo. Ponchó a 9 y su nuevo equipo Universidad ganó 3-1.

Un mes después, el 24 de septiembre, dejó en un hit al Royal Criollos en 10 episodios, superando al "Patón" Alejandro Carrasquel, 1-0. En mayo 6 de 1934, lanzando nuevamente para el Concordia, dejó en un hit al Santa Marta, ponchando a 12 y blanqueándolos 3-0.

Posteriormente, el 9 de septiembre, dejó en 3 hits al Santa Marta, logrando que el Concordia conquistara invicto el VI Campeonato de béisbol de Primera División en 1934.

Cuando Martín jugó en Puerto Rico debutó patrullando las tres posiciones de los jardines en un partido. Al día siguiente lo hizo en el campo corto en el primer encuentro y metió los nueve ceros en el tercero.

Integró en 1937 el equipo de las Águilas Cibaeñas, en la República Dominicana, donde fue el mejor bateador y lanzador del conjunto. Finalizó como líder jonronero de la Liga y terminó tercero de Joshua Gibson con .351 de average. Solamente Satchel Paige pudo ganar más de las 6 victorias conseguidas por Dihigo, durante una competencia que solamente duró 28 encuentros.

Los mexicano lo vieron ganar 119 juegos y perder apenas 57, con 1,523 2/3 innings lanzados en 11 campañas. Se anotó el primer juego sin hit jamás logrado en la Liga Mexicana, el 16 de septiembre de 1937, actuando con el Veracruz, al blanquear al Nogales 4-0. Fue campeón de los serpentineros en 3 temporadas distintas y un par de ocasiones en carreras limpias permitidas. Ponchó a 18 en partido de 9 entradas, el 5 de agosto de 1939 y se anotó 34 ponchados en 2 desafíos consecutivos, el 5 y 8 de agosto de 1939. Resultó campeón ponchador en 4 torneos diferentes.

Como bateador, conectó 6 hits en igual número de veces al bate contra el Agrario, el 18 de septiembre de 1936, en el parque Delta de la capital.

Después de una intensa campaña liderada por el cronista deportivo Buck Canel y el Club de Matanceros libres, se dio a conocer oficialmente el jueves 3 de febrero de 1977 el ingresó de Dihigo en el Salón de la Fama del béisbol en Cooperstown, Nueva York, lo que se realizó el 8 de agosto de 1977.

Don Martín Dihigo Llano falleció en el poblado cienfueguero de Cruces, 19 de mayo de 1971, donde vivió largos años de su vida, luego de casarse y tener un hijo, Martincito, quien algún tiempo más tarde llegó a practicar con el club Marianao, pero nunca llegó a jugar en la Liga Cubana de Béisbol Profesional.

En la tarja colocada junto a los mejores jugadores de todos los tiempos en los Estados Unidos (negros y blancos) aparece señalado textualmente:

“MARTÍN DIHIGO LLANO EL MAESTRO, Ligas Negras (1923-1947). La más versátil de las estrellas de las Ligas Negras. Jugó béisbol en los campeonatos de verano e invierno. Registró más de 260 victorias como lanzador y cuando no subía a la lomita actuaba en distintas posiciones para promediar más de 300. También fungió como manager en diversas épocas”.


  
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