La Habana, Cuba.- En estos días hemos tenido la oportunidad de vivir dos situaciones diametralmente opuestas: la disposición de los peloteros cubanos de representarnos muy dignamente en el Segundo Clásico Mundial, y los escándalos de doping en las llamadas Grandes Ligas.

Estuvimos conversando con el estelar antesalista cubano Michel Enríquez, quien nos manifestó lo positivas que han resultado las primeras jornadas de entrenamiento de la preselección, y sobre todo, la absoluta disposición de todos los convocados, de representar a Cuba muy dignamente en la venidera justa.

Michel, con su acostumbrada modestia, no habló de él, pero sí de sus compañeros, y en particular del astro Pedro Luis Lazo, de quien dijo estar recuperado y listo para dar su aporte al equipo y al resto de los lanzadores.

Por otra parte, recibimos la información brindada por un canal internacional de televisión, que da cuenta de la acusación hecha al dominicano Miguel Tejada, por haber mentido al congreso de los Estados Unidos, al declarar que no había usado sustancias prohibidas, algo que ahora reconoció; lo mismo que su compatriota Alex Rodríguez y muchísimos estadounidenses, entre otros, Roger Clements, Barry Bond y Mark Mc Guire.

Son dos caras de una moneda. El Béisbol limpio y honesto de nuestra Revolución, que en el primer Clásico, en Juegos Olímpicos y Campeonatos Mundiales ha demostrado estar al más alto nivel, sin trampas ni engaños, y el Béisbol de las llamadas “Grandes Ligas”, con calidad, pero totalmente permeado de actitudes fraudulentas y deshonestidad.