La Habana, Cuba.- Pocos ponen  en dudas que los indómitos poseen suficiente calidad para aspirar a la conquista del tercer campeonato consecutivo, pero disponer del material humano capaz a veces no resulta suficiente.

El béisbol es el deporte con mayor cantidad de reglas y como tal exige a los directores de los equipos ajustarse a ellas, por supuesto, si aspiran a conquistar victorias.

Hacer lo contrario, tarde o temprano, provoca dificultades e incluso crea situaciones irreparables y así pensamos acerca de lo sucedido en la jornada dominical cuando rivalizaron Santiago de Cuba y Pinar del Río en el parque Capitán San Luis en la actual Serie Nacional.

Los visitantes llevaban dos derrotas consecutivas y querían evitar la barrida a toda costa, sobre todo después de caer derrotados en la última entrada, debido al pobre trabajo de los relevistas utilizados.

Osmel Cintra fue el encargado de abrir el desafío y al concluir el cuarto capítulo, los anfitriones mantenían ventaja de tres carreras, dos de ellas por largo cuadrangular del máscara Yosvani Peraza en el segundo acto.

Santiago plantó bandera en el sexto e inspirado por jonrón impulsor de José Julio Ruíz descontó par de anotaciones. A continuación Pedro Poll siguió la fiesta con triple y tomaron el mando de las acciones 4 x 3 para disgusto de la mayor parte de los presentes en la instalación.

Cintra salió a trabajar en el séptimo, aunque al menor parpadeo la dirección llamó al joven Reinier Roibal, hasta el momento lo mejor de su pitcheo durante la campaña, y asumió la  encomienda de relevista en el resto del choque.

Tal vez muchos consideren que los juegos hay que ganarlos a como de lugar. Sin embargo, hablamos de un campeonato con 90 desafíos calendariados y no de series cruciales.

Roibal aparece en la actualidad entre las mejores promesas del campeonato y sus resultados así lo confirman. ¿Por qué ponerlo a trabajar como apagafuegos? El reclamo es unánime, cuando de exigencias se trata ¡Vamos a cuidar esos!