La Habana, Cuba.- Cuentan avezados historiadores deportivos de China, que la presencia del juego de las bolas y los strikes en el inmenso país data desde mediados del siglo XIX, aunque ninguno es capaz de coincidir en lo referente al año y mucho menos en la fecha.

La palabra Banggiu (palo de la bola) marcó la pauta en fecha tan lejana como 1863, cuando el misionero estadounidense Henry William Boone reunió a numerosos jóvenes para integrar el Shangai Baseball Club.

Hacia 1865, durante la dinastía Qing, unos 30 estudiantes de la misma fueron a cursar estudios en universidades de los Estados Unidos y al regresar graduados, a mediados de 1872, trajeron rudimentarios implementos, dando lugar a la rápida popularización en la antigua capital y provincias cercanas. 
 
La cronología acerca de los orígenes del pasatiempo en el territorio asiático, publicada en el sitio Web de la Federación Internacional de Béisbol (IBAF, sigla en inglés), también destaca el nombre del futuro líder revolucionario Sun Yat-Set (1866-1925), cuya familia se traslado a la isla de Hawai (1870), donde conoció la naciente disciplina y allí, junto a otros jóvenes, comenzó a asociarla con actividades políticas.

Sin embargo, los programas del béisbol fueron comenzados en tres importantes escuelas chinas, Huiwen College y Tongzhou Collage (ambas en Beijing) y en la Saint John´s College de Shangai, justos en 1895.

Una década más tarde, en el propio centro de estudios Saint John, celebraron el primer juego los estudiantes contra otro club chino representativo de la filial YMCA (Asociación de Jóvenes Cristianos), entidad religiosa de factura estadounidense. 

La convulsa situación vivida en el continente asiático durante la II Guerra Mundial (1939-1945) y el triunfo de la Revolución en China (1949) hicieron desaparecer el deporte de las bolas y los strikes e incluso las derrotadas huestes Chiang Kai-shek buscaron refugio en la isla de Taiwan y levantaron tienda de campaña aparte.

En momentos diferentes, bajo las denominaciones de China Taipei (TAI) y República Popular de China (CHN) participaron por primera vez en los Juegos Olímpicos de Roma (1960) y Los Ángeles (1984), respectivamente, además de afiliarse a varias federaciones deportivas internacionales.

Los resultados bilaterales favorecen con amplitud a los seleccionados beisboleros de Taipei, pero, en el último compromiso, los Juegos Olímpicos de Beijing (2008), los anfitriones salieron airosos por la mínima 8 x 7, aunque concluyeron como custodios del sótano, porque fue la única victoria en siete presentaciones.

Aunque resulta imposible pasar por alto que en el béisbol no hay enemigos pequeños, las diferencias entre los conjuntos pertenecientes al grupo A apenas admite la más mínima discusión, pues los japoneses y sudcoreanos llevan nóminas cuajadas de estelares en la distintas posiciones, mientras sus dos rivales tienen lunares muy visibles, tanto en el pitcheo, el bateo o la defensa.

Taipei entregó un listado preliminar y aparecen seis jóvenes serpentineros pertenecientes a organizaciones de las Grandes Ligas en los Estados Unidos, pero se trata de muchachos talentosos, quienes buscarán rendir actuaciones capaces de convencer a los encargados de brindarles los pasaportes para subir a la lomita en la máxima carpa.

En tal sentido, la perspectiva de China es bien limitada y el único prospecto es el tirador zurdo Kai Liu (18 años de edad), adquirido por los Yankees de Nueva York. Nada más…

Los restantes jugadores intentaran hacer lo mejor posible en el terreno de juego y por tratarse de respetados desconocidos, prefiero brindarle a los amigos lectores las posibilidades de entretenerse con los números que pongo en sus manos.