La Habana, Cuba.- En principio, el listado de los preseleccionados del equipo México, uno de los rivales de Cuba en el grupo B, metía miedo, debido a la excelente calidad de algunos jugadores, de manera especial los serpentineros.

La nómina incluía a conocidos veteranos con extensas y productivas hojas de servicios en los campeonatos nacionales de verano e invierno, además de actuaciones en el béisbol de las Grandes Ligas estadounidenses.

Muchos pensaron que reunirían un conjunto de superior calidad al presentado en la primera edición, cuando eliminaron a la poderosa escuadra yanqui 2 x 1, en histórico encuentro de la segunda ronda, a pesar de enfrentar al legendario tirador Roger Clemens, mientras los vencedores utilizaron al fornido tirador zurdo Oliver Pérez.

En aquella oportunidad, los asistentes al estadio californiano de Anaheim disfrutaron de lo lindo porque los dos equipos salieron en busca de la victoria a toda costa, hasta el punto de desfilar por la lomita mexicana siete lanzadores, quienes toleraron tres indiscutibles y sus adversarios seis.

Ahora, para la cita del II Clásico los directivos tenía planeado incorporar a otros jóvenes con resultados, pero varios declinaron participar y tales serán los casos de Alfredo Aceves (Yankees de Nueva York), Yovani Gallardo (Milwaukee) y Joakim Soria (Kansas City). Tampoco aceptaron repetir Oscar Villarreal (Kansas City) y Jorge de la Rosa (Colorado Rockies).

Los argumentos de cada uno son diferentes, pero en el fondo, el denominador común lo encontramos en que tratan de asegurar posiciones en los respectivos staff para la larga temporada.

Hasta el momento de redactar estas líneas, el capítulo ofensivo mantiene la solidez que brindan los receptores Miguel Ojeda y  Jerónimo Gil (ambos de los Diablos Rojos de México), los jugadores de cuadro Jorge Cantú y Adrián González, así como los jardineros Karim García (Lotte Giants, liga japonesa) y Mario Valenzuela (también de los Diablos).

Jugar en casa dará a la tropa comandada por Vinicio (Vinnie) Castilla algunas posibilidades, sobre todo en lo referente al apoyo del entusiasta público, sin olvidar las posibles consecuencias fisiológicas que pudiera provocar la altura (2 300 metros sobre el nivel de mar) entre los jugadores visitantes al estadio Foro Sol.

En tal sentido, los organizadores de Estados Unidos se apresuraron a ubicar a su equipo en el grupo C, convocado para celebrar la primera ronda eliminatoria en el canadiense parque Roger Center, junto a los locales, Italia y Venezuela.

Las cartas están encima de la mesa y podría anticipar que, salvo la supuesta debilidad de África del Sur, tanto Cuba como Australia serán dos huesos muy duro de roer y el resultado, favorable o adverso, para los dueños de casa dependerá del trabajo monticular.