La Habana, Cuba.- Cuando un equipo está obligado a ganar nunca puede perder, porque las consecuencias deparan precios altos a pagar, y anoche el costo de los reveses sufridos por los espirituanos en sus predios del parque José Antonio Huelga tendrá cola.

Los bateadores no conectan con oportunidad, el pitcheo falla en todas las direcciones y el fildeo cede muchas oportunidades Así es imposible ganar y, mucho menos, si el conjunto recibió la condición de favorito para conquistar sin contratiempos uno de los cuatro boletos clasificatorios.

Cienfuegos, el sotanero de la zona occidental le pasó dos veces la cuenta con marcadores de 15 x 9, en la reanudación de un partido sellado, y en el regular del calendario volvió a derrotarlos por la mínima 4 x 3.
 
La debacle, como quiera que la miremos parece no tener solución ni a corto o mediano plazo, pues apenas acumulan 19 victorias con 35 derrotas y ahora los sureños (17-37) los esperan, llave en manos para encargarles la custodia del último escalón.

Los planes para la venidera campaña tal constituyan el posible aliento, a pesar de contar con reconocidos bateadores y un cuerpo de serpentineros que, al menos, en temporadas anteriores pudo campear vendavales y temporales.