La Habana, Cuba.- Tal vez lo último que podían sufrir los matanceros, de visita en Bayamo, era caer en tres ocasiones sucesivas a manos de los locales y así ocurrió en el desarrollo de la Serie Nacional de Béisbol en su edición 48.

Granma utilizó tres lanzadores y ellos fueron capaces de cumplimentar las aspiraciones del mentor Osvaldo Avilés delante de sus parciales, quienes ahora respiraron profundo, aunque no pudieron salir de las profundidades en la tabla de posiciones oriental. 

Este enfrentamiento ratificó, a pesar de la reacción local, que ambos equipos presentan serias dificultades en las respectivas nóminas, poderosas razones limitantes a la hora de hablar de posibilidades clasificatorias.

Parece poco probable que los orientales saquen a flote la nave en un territorio, donde abundan equipos de calidad, como lo confirma el hecho de imponerse con buen margen frente a los conjuntos de Occidente en los enfrentamientos bilaterales (41-25).

Mucho menos tocaría a los yumurinos, quienes llevan a manera de consuelo las compañías de Metropolitanos y Cienfuegos, otros dos seleccionados carentes de estabilidad en la misma cuerda floja.