La Habana, Cuba.- Cuando los equipos visten ropas de grandes no pueden brindar oportunidades a los débiles, de eso sobran los ejemplos en nuestros clásicos invernales, desde la puesta en marcha (14 de enero de 1962).

Anoche los muchachos de Ciego de Ávila, conocedores del constante asedio del actual monarca Santiago de Cuba, capaz de derrotar tres veces sucesivas a Villa Clara, en su propio cuartel general, no dieron tregua a los visitantes guantanameros y con decisivo racimo de siete carreras en el cuarto capítulo consolidaron definitiva victoria 9 x 6.

Los representantes de la tierra del cítrico pusieron a temblar los graderíos del parque José Ramón Cepero, donde los fuegos artificiales daban claras señales de aviso a todos los adversarios, esta vez guiados por el pitcheo combinado del abridor Valeri García y el relevista Alfredo Unzue, capaces de sortear todo tipo de escollos.

Los de Guantánamo entraron agresivos y en total produjeron tres vuelacercas salidos de los bates de Giorvis Duvergel, Yoilán Cerce y el novato Michel Gorguet.
Sin embargo, aunque los ganadores disfrutaron uno, la productividad del mismo fue mayúscula, porque Vega le botó la pelota con las bases llenas a Yandri Lestapier y fue suficiente.

Cuando llega el receso, todo hace indicar que la posición cimera de la zona oriental la discutirán los villaclareños, avileños y santiagueros, aunque también es posible anticipar que de hecho tienen tres  boletos en sus respectivos bolsillos.

Holguín y Camagüey deben pelear por el cuarto, a pesar de que cualquier de ellos en el Occidente llegaba con facilidad. Imaginen que Pinar del Río, ahora mismo estaría ubicado en el sexto puesto.