La Habana, Cuba.- Lo ocurrido anoche en la instalación indómita permanecerá mucho tiempo en la memoria de los aficionados asistentes, porque, en apenas minutos, el equipo pasó de lo sublime a lo ridículo con notable facilidad.

Santiago anotó seis veces en la parte baja de la apertura y la entrada resultó interminable desde todo punto de vista, hasta el punto de desfilar por la lomita avileña tres lanzadores, el abridor José Antonio Barroso (lastimado) y los relevistas Ismael González y Dasiel Leyva.

Ninguno de ellos pudo completar el episodio y, por fin, pudo lograrlo Cosmar Cervantes, en aparente causa pérdida, pues los locales pretendían mandarlos a dormir antes del límite.

Sin embargo, mientras Cervantes fue capaz de colgar par de ceros en el pizarrón lumínico, los artilleros de Ciego de Ávila, ya a la altura del cuarto acto borrar el marcador adverso y tomaron ventaja mínima 7 x 6, al tiempo que el silencio tomó por asalto los graderíos.

Ahora el desfile corrió por la cuenta del mentor Antonio Pacheco y sus muchachos, cuando, tras conseguir la igualada a siete en la parte baja de la cuarta, soportaron tremendo aluvión de otras seis anotaciones y el público comenzó a marcharse.

Aunque los santiagueros ripostaron con tres, quedaron cortos y, en definitiva cayeron derrotados 14 x 11, en desafío con resultado propio del polo acuático.

Una vez más salto a la vista, el indiscutible Talón de Aquiles de los actuales monarcas el cuerpo de serpentineros, en especial lo referente a los relevistas, quienes en 36 capítulos de actuación permiten 30 anotaciones (24 de ellas limpias), para promedio exacto de seis.

La situación es bastante similar a la de la campaña anterior, pero los ribetes en la presente toman visos de crisis inmediata, ya que tampoco los abridores, salvo el joven Reinier Roibal, exhibieron efectividad en 14 choques celebrados y balance de 7-7.