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El Che durante una trasnmisión de Radio Rebelde  

Andrés Soto Arado o un compromiso con el porvenir
Astrid Barnet
Colaboradora de Radio Rebelde

LA HABANA, CUBA.- Pasión, persistencia y, ante todo mucho amor, son las características principales que nutren la personalidad de un combatiente revolucionario amigo quien (a mi juicio), quiso la suerte -- ¿o casualidad? que para él resultó ser sabia--, concederle la entrega de un diálogo radial entre dos legendarios héroes de la Historia de la Revolución Cubana: Camilo Cienfuegos y Ernesto Che Guevara.

Una tarde de noviembre de 1958, y tras cumplir su jornada diaria de trabajo como modelo de televisión para una agencia de publicidad, Andrés Soto Arado regresó a su casa –ubicada en el reparto capitalino de Santa Amalia--, poco antes de las 3 y 30 de la tarde.

“Ya en mi habitación, encendí un viejo radio marca Hallicrafter S-38 y, justo en ese momento, escuché a través de la entonces clandestina emisora Radio Rebelde, un diálogo a todas luces procedente de un frente de combate guerrillero. Inmediatamente coloqué mi también añeja grabadora Webcor al pie del radiorreceptor y apreté el botón de grabación…”

Eran las voces de los Comandantes de las Columnas guerrilleras Dos, “Antonio Maceo” y Ocho, “Ciro Redondo”: Camilo y Che quienes, por espacio de unos 35 minutos --y sin perder el sentido del humor y la camaradería que siempre les caracterizó--, hilvanaban los últimos planes estratégicos en plena lucha durante un contacto establecido mediante plantas móviles ubicadas en las zonas de combate norte y sur de la entonces provincia de Las Villas.

A Sotico (como todos le conocen), le impactó sobremanera la grabación no obstante estar habituado a escuchar como combatiente del Movimiento Revolucionario 26 de Julio “las emisiones de la planta principal de Radio Rebelde y a efectuar grabaciones con las cuales algunos anunciantes famosos que simpatizaban con el Movimiento, editaban boletines acerca del desarrollo de la lucha revolucionaria”.

Pocos meses después del triunfo revolucionario Soto coincide casualmente con el legendario Comandante Camilo Cienfuegos, en un hotel de La Habana. Y es en esa oportunidad que decide esclarecer con él algunos detalles de aquella conversación (grabada) con el Che referidos al traslado de unos sacos de arroz…y los quintales que consumían los combatientes…Es así, entonces, cómo el Héroe de Yaguajay  le revela que “su diálogo con el Che se realizó en clave, y estaba referido al traslado de armas y municiones, y que para él poder hablar daba carreras de un lugar a otro, al estar el receptor ubicado lejos del transmisor”.

Ha transcurrido medio siglo y en Soto continúa aún muy vigente el recuerdo de aquel hecho, de aquella experiencia que quiso la casualidad (o reitero, la suerte) le dejaran profundas huellas en su avatar revolucionario. Y diría más: en su envidiable participación dentro de una magnífica juventud (la del Centenario), que supo agigantar con creces la figura y sueño de nuestro José Martí.

Durante un reciente encuentro en el capitalino Museo de la Revolución –otrora sede habitacional y de grandes ágapes de cada uno de los principales representantes de los Gobiernos de la Pseudorepública--, junto a antiguos miembros de ambas columnas guerrilleras; junto a veteranos luchadores revolucionarios; jóvenes, estudiantes y amigos, a Soto se le vio una vez más abrir el corazón con igual pasión y amor. Quizás –sin inflamar osadía--, con aquel mismo corazón que latió (de seguro) muy rápidamente cuando escuchó aquella grabación entre Dos Grandes de la historia contemporánea de Cuba y quizás, igualmente, cuando decidió guardarla consigo, y a buen recaudo, de las hordas del dictador Batista.

A todos los reunidos nos llegó su palabra sincera, su intercambio con los veteranos revolucionarios y militantes… Anécdotas, frases (algunas olvidadas); otras, llevadas a niveles metafóricos tales que nos trasladaron a una época vivida (ante todo) muy intensamente; comentarios diversos; aspectos de la personalidad y carácter del Che, con quien después --quiso una vez más: ¿la casualidad o la suerte?--, Soto llegara a interrelacionarse en misiones importantes de trabajo relacionadas con la aún incipiente economía socialista del país.

Diálogo entre Camilo y El Che

Campamento Las Villas, campamento Las Villas, campamento Las Villas, hola Columna 2, Columna 2, Columna 2, Columna 2… es Columna 8 llamando a Columna 2…

Atención, atención, desde la Columna 2 Antonio Maceo llamando a la Columna 8. Doy cambio…

(Voz de Camilo Cienfuegos) Atención Columna 8 Ciro Redondo, atención Columna 8 Ciro Redondo…Aquí Columna Antonio Maceo desde el frente norte de Las Villas, territorio libre de Cuba. Bueno, te estamos escuchando un poco mejor: Te escuchamos un poco mejor, lo que me interesa mucho saber es si el Che está ahí; si el Che está ahí, así que te doy el cambio para que me lo digas. Doy el cambio.

(Voz de un operario de la planta) Sí, sí, compañero, el Che está aquí. El Che está aquí… En el próximo cambio estará hablando con el Che; en el próximo cambio estará hablando con el Che. Vayan a ver si me están oyendo mejor, repórtenme si me están oyendo mejor…Los estoy oyendo ciento por ciento a ustedes aquí. Ciento por ciento aquí. Repito, los estoy oyendo ciento por ciento aquí. Así que, repórtenme ustedes cómo escuchan y, en el próximo cambio, estarán hablando con el Che. Es Columna 8 para Columna 2. Cambio. Buenas tardes.

Camilo: Atención, atención Columna 8, atención Columna 8, es Columna 2 Antonio Maceo, Columna 2 Antonio Maceo desde el frente norte de Las Villas, Territorio Libre de Cuba. Bueno, Che, espero que estés con el micrófono ahí en la mano; igual que yo,…Vamos a ver si hay que cambiar el criterio. Pienso liquidar el problema hoy mismo, así que necesito que tú me digas cómo están las condiciones por ahí, por la planta, para ver si liquidamos el problemita. Así que vamos a ver si nos estamos entendiendo; a ver si nos estamos entendiendo para seguir conversando. Te doy el cambio, Guevara…

Che: Atención Columna 2, Columna 2, Columna 2… Camilo aquí está el Che; Camilo aquí está el Che…Entendido perfectamente. Eres buen locutor. Óyeme, aquí cerca tenemos una escuela: la escuela Marconi, de telegrafistas. Oye estoy aquí escuchando perfectamente; dime rápidamente el problemita…Despacha rápido. Te doy el cambio.

Operario: Enseguida está Camilo con usted…

Camilo: Atención Che, atención Che, atención Che, atención Che…Bueno Che, el problema que tengo entre manos trata del hombre que te mandé dos veces consecutivas allá… Pero para resolver, resolver, seguir las instrucciones, seguir las instrucciones que me diste con el hombre que te mandé; con el hombre que te mandé dos días seguidos allá…Así que dime si me entiendes, dime si me entiendes, dime si me entiendes, dime si me entiendes…Y te doy el cambio, Che…

Che: Atención Columna 2, Columna 2, Camilo…Te entiendo perfectamente. Se te ha rallado el disco, tienes que cambiarlo. Óyeme el problema yo lo consulté… Y hay que dividirlo, porque había un problema que no sé, no recuerdo bien en estos momentos…Pero, entre otras cosas, estaba también el de un pequeño avance sobre un puntito… que si te lo digo, tú lo tienes que recordar. Vamos a poner que ese punto se llame fideo. Sobre fideo todavía no conviene avanzar pero, la otra parte, tú sabes que también se divide en dos el problemas; se divide en dos porque hay que saber primero si todo ese arroz venía para nuestra Columna o no, porque con aquellos señores hicimos el trato de que nos iban a dar la mitad del arroz y se quedaban ellos con la otra mitad… porque íbamos a dejar en Territorio Libre la otra mitad para ellos…Entonces, quiero saber si tú has consultado por allá eso para saber si sigue en pie el trato, e incluso, (si es así), pues entonces ya tenemos que tomar la mitad de los quintales. Y después, hay otro problema…, que de los otros quintales hay que cobrar una pequeña deuda porque consumieron algunos quintales los muchachos, y ahora no tenemos qué comer. Aunque a ellos no les gusta mucho esa comida. ¿Sabes? Así que vamos a ver si has comprendido, y te doy el cambio…

Camilo: Aquí no se copia ciento por ciento como parece que ustedes nos copian ahí a nosotros. He podido oír por parte, por episodios, y como este asunto está un poco delicado, necesito que me vuelvas a repetir el problema ese; no vaya a ser después que una mala interpretación (no exactamente haya mala interpretación), sino que el aparatico no está funcionando como yo quisiera…Así que, vuélveme a repetir, a ver si te entiendo un poco mejor y, háblame despacio…Así que voy para allá. Cambio.

Che: Atención Columna 2, atención Columna 2, Columna 2, Columna 2…
Efectivamente Camilo aquí te copiamos ciento por ciento; perfectamente bien. Aquí la antena entra perfectamente. Te voy a hablar des-pa-cio. Después de decirte la primera parte, recordé que yo no te había dicho aquello… De modo que queda sin efecto esa operación fideo; queda sin e-fec-to, Me vas a decir ahora si has entendido bien. Te doy un cambio…Cambio.

Operario: Enseguida está Camilo con usted; enseguida está Camilo con usted…
Camilo: Necesito que repitas ahora mismo, que no se entendió nada. No se entendió absolutamente nada. Adelante…

Che: Mira Camilo…Aquí Columna 8,… Vamos a hablar directamente del arroz para ver si nos entendemos. Tú sabes que ahora con la política de impuestos es muy importante fijar eso. El primer problema es que había un trato con esos señores. Ya el patrón dijo la otra vez que nos iba a dar la mitad y nos la dio. Entonces, habría que tomar ahora la misma medida: la mitad del arroz…, pero, además del arroz restante --que le pertenece al patrón--, resulta que la otra vez nos ha pedido prestado (de a poquito) algunos sacos, y esos sacos se devuelven. Yo calculo que… unos 25 sacos; 25 sacos, si está bien, más la mitad de los otros, sería lo que nos corresponde a nosotros. Eso es lo que quiero que me digas si entiendes. Cambio.

Camilo: Vamos a ver, vamos a ver bien. Vamos a olvidarnos del otro, del primero. Eso ya lo hablaremos en otra ocasión. El problema del impuesto del arroz (tú me dijiste algo a mí, algo de 30 sacos)…Bien, yo quiero liquidar eso esta misma noche. Quiero arreglar ese problema esta misma noche. Quiero saber si llevo para el otro campamento que yo te dije que tengo, a tres ó cuatro kilómetros de aquí, si llevo para allá todos los sacos que habían, o llevo la mitad, y dejo la mitad para el uso de este campamento. Y los otros, los del patrón, esos que están medio enmarañados --que ya hubo problema, que no pagó el impuesto y que-sé-yo, que-sé-cuándo--, si los dejo todos aquí hasta una orden tuya, o si empezamos a consumir de eso. Así que vamos a ver si nos estamos entendiendo. Te doy cambio.

Che: Aquí la Columna 8 para la Columna 2… Mira Camilo, lo que pasa es que el problema de los sacos nuestros yo lo había dado por solucionado. Creía que tu problema era el de los otros sacos que venían a medias; pero yo quería saber si eran del mismo patrón y, si efectivamente, sigue ese mismo convenio…Porque el hombre es un poquito, ya sabes tú cómo, que no siempre cumple. Entonces, contesta eso claramente, y te sigo escuchando. Cambio.

Camilo: No te copié bien ahora; no te copié bien ahora. Vamos por parte, vamos por parte, vamos de momento a dejar el problema ese del tiro del arroz, que ese es un problema que podemos tratar hasta más personalmente cuando tú lo consideres conveniente. Yo quiero saber del arroz nuestro. Yo voy a quedarme aquí con una parte para mi consumo; con la parte que tú me señalaste y entonces, quiero trasladar la otra parte para el otro campamento, y eso me lleva como una hora trasladarlo. Yo llamé por teléfono al otro campamento y les dije que lo iba a trasladar. Yo creo conveniente mandarte para allá al patrón ese para que hable contigo y te entiendas allá mejor con él…Yo quiero saber si tú estás conforme; si traslado para allá los quintales, después que yo me quede con lo mío aquí --como tú dijiste--, y llevar lo que no me pertenece a mí. Así que vamos a ver. Te doy el cambio.

Che: Atención Columna 2, atención Columna 2…Está bien Camilo, está claro todo. Yo creo que sí, que tú debes hacer ese cambio. Lo puedes hacer cuando quieras; lo puedes hacer hoy si te parece. Pero, recuerda, que allá en el otro campamento tú tienes que tener cuidado. Mucho cuidado…Cuidarte Camilo…Y creo que podría ser bueno que le digas a William que te espere en el lugar aquel, o si puedes mandar la gente al lugar aquel a recibirte allá. A ver si me entendiste. Cambio.

Operario: Enseguida está Camilo con usted. Tiene que dar una caminadita primero…

 

Camilo: Sí, William debe esperarse en el mismo lugar donde me esperó la otra vez. Por eso es que estoy apurado. Son las tres y diez, y es por eso que estoy apurado. Aquí tengo a los dos prácticos que me acompañaron la vez pasada, así que vamos a ver si tú me dices que todo está bien para poner en marcha los planes. Dime cómo me oyes. Yo te estoy oyendo bastante bien.

Che: Atención Camilo, atención Camilo…Te escucho perfectamente bien, y creo que nos entendimos. Perfecto. Correcto. Y no tenemos problemas. Ahora voy a indicarte una cosa que se me ha ocurrido: pon el aparatito ese: el receptor, cerca del transmisor. Aquí nos ocurría eso hace unos días. Cambio.

Camilo: Entonces hago el traslado esta misma tarde. Ya son las tres y quince…

Che: Atención Camilo, atención Camilo…Mi autorización está dada. Está dada. Puedes hacer el cambio. Me comunicas mañana o pasado cómo resultó, el cambio. Lo puedes hacer. Cambio.

Camilo: Bueno Che, ya que tengo tu autorización voy a hacer el cambio lo más rápido posible, siguiendo las instrucciones que me diste en los papelitos que me mandaste con el hombre carifeo ese que te fue a ver dos veces. ¿Oíste?... Así que son las tres y quince…Y eso lo quiero hacer digamos, ahora mismo, dentro de un ratico: a las tres y media. Así que tenemos unos minutos más para charlar hasta que tengamos oportunidad de vernos un día de éstos. Ojalá que sea pronto. Ya yo visité tu zona, a ver si ahora tú visitas la mía. A mí me han dicho que han concentrado soldados por Santa Clara, y por Placetas y por no sé cuántos lugares…Cosas que yo creo que son bolas…¿Oíste? Y como pensamos lanzar una ofensiva por ahí, quiero saber qué sabes tú del movimiento enemigo por ahí. Porque el mensajero que estuvo por allá vio algo, y no supo explicarme: Así que te doy el cambio, Guevara…

Che: Ok Camilo, ok, Camilo, ok Camilo... Veo que te está picando el asunto, ¿eh?...

Camilo: No puedo oírte, no puedo oírte, Che…

Che: Yo sí te oigo. Te oigo bien. Dime, ya para cortar y nos vamos ya, cómo están las gentes por allá. Contéstame eso, y vete ya Camilo…

Nota: La trascripción omite pequeños parlamentos que no se escuchan con claridad. Asimismo, el radio-receptor marca Hallicrafter S-38, se halla desde hace quince años expuesto, en magnífica conservación, en el Museo de la Imagen, ubicado en el reparto Vista Alegre, provincia oriental de Santiago de Cuba.

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