Entre los tradicionales pastos y forrajes de la ganadería cubana, y dentro de ella la rama porcina, uno de los alimentos más comunes es sin dudas, el palmiche; muy económico, codiciado por los cerdos criollos y al alcance de los porcicultores, en los abundantes palmares que adornan y embellecen los campos del país caribeño.
Con el desarrollo porcino emprendido por la Revolución triunfante del primero de enero de 1959, el mejoramiento de la masa genética y la creación de centenares de instalaciones en toda la nación para la cría y ceba de cerdos, esa tradición se fue perdiendo poco a poco en los últimos años.
Ahora, con miles de productores individuales dedicados a la crianza de cerdos y un país que no dispone de los barcos repletos de piensos y de materias primas para la alimentación animal, -lo cual existió gracias a ventajosos convenios con el ex campo socialista-; la utilización del palmiche se va recuperando, aún cuando precisa de una mayor prioridad.
El palmiche es el fruto botánico de la palma real y constituye uno de los alimentos naturales más abundantes en la nación con altos valores nutritivos, sobre todo para la ceba de cerdos.
Según estudios realizados, la Palma Real, el árbol nacional de Cuba, tiene una vida estimada entre 40 y 100 años, y no es hasta los 15 que comienza a producir los enormes racimos de palmiche, que pueden apreciarse de uno al otro extremo de nuestro archipiélago.
Esa emblemática planta crece de manera silvestre, muchas veces agrupada en palmares y cada uno en lo particular puede producir cada año entre dos y ocho racimos.
Estudiosos en estos temas consideran que la producción anual del palmiche por planta oscila entre 40 y 50 kilogramos.
Aún cuando el árbol nacional de Cuba produce el 70 por ciento de su palmiche para semillas, que garantizan la multiplicación de la especie; los cubanos, otros muchos latinos y de naciones de varios continentes, lo utilizan para la ceba de cerdos y otros animales, eso sí, se recomienda recolectarlo, molerlo y si es preciso mezclarlo con otros alimentos a fin de fortalecer su alcance nutritivo y facilitar una mejor digestión en el proceso metabólico de los cerdos.
Nada que los cubanos estamos llamados a cuidar y multiplicar nuestros palmares, que además de belleza y cubana nos ofrece más alimentación para la porcicultura. (Fotos del autor)
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