La Habana, Cuba.- Entre sábanas calientes, mi familia recibía los buenos días con un atractivo sonido brotado desde la radio en casa. Ya se hacía costumbre por la herencia periodística de mi padre, el amanecer informativo proporcionado por el gigante informativo de la mañana.

No recuerdo mucho de aquella etapa, pero desde la lejana infancia me llegan señales de reconocimiento.

Requería a papá por imponer un hábito que mi  edad no me permitía comprender y que luego agradecí. En aquel entonces ignoraba que el programa había nacido en 1984 como yo y menos aún, que años más tarde, el destino pondría a prueba voz y esfuerzo como reportera de tan importante espacio. No imaginaba llegar a conocer voces aplaudidas por el pueblo.

Y es que un día de 1984, exactamente el 2 de julio a las 5:01 de la madrugada, se insertaba al dial la Radio que llegó precedido por las notas de la inmortal Bayamesa, de Castillo, Céspedes y Fornaris.

¿Cuál fue la magia del nuevo programa que utilizó el inusual y nada recomendable gerundio para anunciarse y que a menos de un año de estar en el aire conquistó El Gran Premio entre todos los programas que compitieron en el Festival Nacional de la Radio en 1985.

Yo era muy pequeña para imaginar un futuro con el colectivo heredero de tan alto prestigio, tanta audiencia y tanto reconocimiento merecido. Pero lo más aplaudible del primer y mayor informativo, es la valentía por mantenerse 24 años al ritmo de la vida, de calar hondo en los corazones y de gozar de la preferencia de su público nacional e internacional.

Dailyn Ruano Martínez Periodista de Rebelde

Cuanta alegría trabajar para él y decir cada mañana: Seguimos Haciendo Radio.
¡Felicidades colegas!