El titular acaparó el domingo 7 de noviembre de 1920 la página deportiva de El Heraldo de Cuba, luego de que en la jornada sabatina los papeles se cambiaron en el Almendares Park.

Allí, mientras miles de personas repletaron los graderíos para ver al poderoso bateador estadounidense conectar largos cuadrangulares fuera de los límites del terreno, quien alborotó a la multitud fue el cubano Cristóbal Torriente.

Antes de comenzar el choque, “Babe” Ruth y Torriente departieron amigablemente e intercambiaron sus respectivos bates para recordar que un día antes habían chocado bien la bola.

Los Gigantes de New York batearon con fortaleza los envíos del cubano Isidro Fabré y en la misma apertura anotaron tres carreras, sin la intervención de Ruth, limitado en el primer turno a fácil rolata a las manos del inicialista Armando Marsans.

La cosa comenzó a ponerse buena para los almendaristas en el segundo inning al recibir boleto el propio Marsans y disparar Cristóbal Torriente soberano batazo por encima de las cercas del bosque derecho.

La fanaticada capitalina convirtió la instalación beisbolera en un verdadero manicomio y empezó a lanzar monedas y billetes al terreno en señal de delirante entusiasmo.

Por los altoparlantes anunciaron que Torriente recibiría un reloj de oro como premio, algo similar a lo sucedido cuando el jardinero derecho Ross Young bateó el primero de la serie.

A manera de curioso detalle destacaremos que la firma de tabacos Gener y Hermanos también le regaló una caja gigante de puros habanos.

En la segunda visita al plato, durante el tercer episodio, Torriente volvió a botar la pelota, aunque las bases estaban vacías. La hazaña fue también conseguida frente a los envíos del abridor George Kelly.    

Después del batazo del criollo, John McGraw llamó a “Babe” para que lanzara y éste dominó con facilidad al torpedero Eusebio “Papo” González, al camarero, Ramón “Paíto” Herrera y al receptor Eufemio Abreu.

Cuando Cristóbal Torriente llegó a batear en el quinto inning se planteaba el claro duelo con “Babe” Ruth. Ellos se miraron con ganas de sonreír, según lo relatara el cronista deportivo Víctor Muñoz en las páginas del diario El Mundo,  pero no articularon palabras.

Llegado el momento, la pizarra marcaba dos outs y estaban embasados Bartolo Portuondo y Baldomero "Mérito" Acosta. Sobre el tercer lanzamiento de Ruth, Torriente bateó línea tendida entre left y el center para impulsar dos carreras más.

En su breve actuación desde el box, Ruth completó dos entradas y permitió dos inatrapables, incluido el doblete de Cristóbal Torriente.

La tercera película de cuatro esquinas del cubano se la dio otra vez a George Kelly en el séptimo y redondeó la jornada con tres jonrones, un doblete y seis impulsadas en cinco turnos.

Tras la conclusión del desafío, numerosos fanáticos y redactores abordaron al héroe de la jornada para conocer de primera mano lo sucedido.

Sin embargo, Torriente, en espontáneo gesto de humildad, sugirió a uno de los reporteros: “Lo de hoy fue pura casualidad, entrevístenlo a él que los da todos los días”.

Los lectores deben saber que mientras “Babe” Ruth llevaba a los bolsillos dos mil dólares por la discreta actuación, Cristóbal Torriente regresó a la casa con 403 pesos recogidos moneda a moneda y el ya citado reloj de oro.

ANOTACIÓN POR ENTRADAS DEL HISTÓRICO DESAFÍO

Sábado, 6 de noviembre de 1920                                                       
                                           C   H    E
GIGANTES       300  010  000    4    8   2
ALMENDARES   042  021  21X   11  12   2

Ganó: Isidro Fabré  (2-0)   Perdió: George Kelly  (0-1)