Matanzas rememora la obra de Juan Almeida
13 de Septiembre de 2009, 5:00 p.m.

Matanzas, Cuba:- En pleno corazón de la ciudad yumurina, la fila aguarda respetuosa el momento de ofrecer el homenaje póstumo al Comandante de la Revolución Juan Almeida Bosque.

Entre los primeros en presentarse para hacer la guardia de honor, se encontraban combatientes de la Revolución Cubana y, en específico, en el vestíbulo de la sede del gobierno, donde se muestra la foto del reconocido revolucionario e intelectual cubano, permanecen solemnes oficiales y soldados que estuvieron bajo el mando de Almeida.

La solemnidad del momento solo se interrumpe con el trinar de las aves que anidan en el Parque de la Libertad. Matanzas es hoy dolor, sobrecogimiento, pero también voluntad de mantener el alto esa consigna de: "Aquí no se rinde nadie" promulgada por Almeida.

Para el teniente coronel retirado Joén Fajardo del Toro, quien se puso a las órdenes de Juan Almeida en los meses de marzo de 1958, con apenas 19 años, el estar bajo el mando de Almeida representó alcanzar una mayor dimensión como ser humano, ante las innegables dosis de consagración, humildad e inteligencia que les demostró el jefe militar.

"Recuerdo que Almeida se alzó entre los campesinos del Tercer Frente como una figura muy querida, era la expresión de las múltiples propuestas que traía la Revolución y que fueron expuestas por Fidel en La Historia de Absolverá", rememora Fajardo.

Los matanceros rememoran con particular cariño que fuera justamente Almeida quien figurara como primer jefe del Ejército Central, el cuatro de abril de 1961, días antes de la invasión mercenaria por Playa Girón. Pero también le recuerdan por sus innegables dotes de compositor, por esa muy suya forma de llevar adelante la
Revolución e imbricarla con una personalidad de alta sensibilidad, capaz de desgranar música de profundo lirismo.

En una de las últimas visitas publicas a Matanzas, con motivos del Aniversario 45 de la fundación del Ejército Central, comentó a un periodista que intentaba tomarle algunas declaraciones sobre el acontecimiento y el verse rodeado de fundadores y matanceros: Qué quieres que te diga, me siento feliz, muy feliz.