Holguín, Cuba.- La niña que ocupa el séptimo espacio en la relación de alumnos del tercer grado de primaria elemental en la Escuela Simón Bolívar de la ciudad de Holguín, a 780 kilómetros de La Habana, cumple años dos veces, una, el día que nació en diciembre, y otra a fines de cada octubre.

Ninguna diferencia aparente hay hoy entre ella y los demás alumnos de su aula...a veces dice que será enfermera, a veces dice que será doctora...y a veces dice que será maestra.

La niña que ocupa el sitio más cercano a la pizarra y a la maestra en esa aula cubana de tercer grado de primaria, no se sienta  en el lugar más allegado a la pizarra y a la maestra por casualidad ni por capricho. Aunque no tiene que utilizar espejuelos, ella tiene limitada grandemente su visión.

La historia de Lauren, que así se nombra esta niña cubana, no ha sido totalmente feliz, desde que casi al nacer, una enfermedad oncológica maligna amenazó seriamente su vida.

Para tratar de preservársela había muy poco donde escoger. Decidirse entre el dolor de no verla más, o mantenerla viva, pero con solo uno de sus dos bellos ojitos. La dolorosa y sobre todo desgarradora operación quirúrgica fue realizada por un grupo de eminentes científicos cubanos, y lograron el único objetivo positivo posible.

Pero lo que no pudo hacer la ciencia cubana fue atenuarle el efecto abrasivo de los imprescindibles sueros citostáticos durante un año, por la falta de un medicamento norteamericano, elaborado especialmente para tales fines en pacientes oncológicos infantiles.

Sencillamente, la soberbia de un gobierno, y un gobernante, en el único país donde se confecciona el medicamento atenuador, se lo denegó a esta niña cubana.

Pero tales ansias criminales, se volvieron a estrellar, como tantas otras veces, en la coraza indoblegable, de quienes en Cuba, están hechos de amor y convicciones.

Sus nombres no cabrían en una extensa relación, varios de ellos permanecen en el infantil recuerdo de Lauren....Renó, Dania, Freddy, Laura, Deborah, Iraida...médicos, altamente calificados formados íntegramente por la Revolución Cubana.

A esta niña cubana, cuando sea mayor, alguien le contará un día, que ella, como tantos miles de humildes compatriotas, también sufrió, resistió, y sobre todo venció al bloqueo norteamericano. Se lo aseguro, porque yo soy el padre de Lauren García, esa niña cubana que cumple dos veces cada año...en diciembre, cuando nació...y en octubre, la vida salvada y arrebatada al criminal bloqueo norteamericano contra nuestro pueblo.