La sangre inocente reclama justicia
6 de Octubre de 2009, 8:33 a.m.

La Habana.- En Cuba el décimo mes del año nos trae el recuerdo triste de un hecho sangriento en la Historia de la humanidad y en particular de América Latina. Hasta los más jóvenes, los que no habíamos nacido aún y los que eran apenas unos niños nos hiere conocer de tan penoso acto terrorista.

El día 6 de octubre del año 1976 es la fecha siniestra. Ese día un avión de Cubana de Aviación explotó en pleno vuelo frente a las costas de Barbados y perecieron sus 73 tripulantes y pasajeros. Hace hoy, exactamente 33 años del infame hecho terrorista perpetrado contra Cuba, y duele, no obstante los años, saber que prevalece la impunidad.

Una carga explosiva lo hizo estallar y como consecuencia perecieron todos los miembros el equipo cubano de esgrima el cual regresaba del recién finalizado Campeonato Centroamericano y del Caribe de ese deporte en Venezuela, donde obtuvo todas las medallas de oro.
 
Momentos antes 11 jóvenes guyaneses se habían despedido con algarabías de sus amistades y amigos en el aeropuerto de Timebri, en Guyana. Además, se incorporaron al avión cinco integrantes de una delegación cultural de la República Popular Democrática de Corea. Pero quizás uno de los detalles más sangrientos fue conocer que dos de las víctimas estaban embarazadas, Nancy Uranga Romagosa, con solo 22 años de edad, y Sonia Coto Rodríguez, de 33.

Estremecedoras son las reproducciones desde la radio del aparato en la torre de control de Cubana cuando el capitán, Wilfredo Pérez emitió el grito de alarma ¡CUIDADO! FELO, FUE UNA EXPLOSION EN LA CABINA DE PASAJEROS Y HAY FUEGO, informa a este último el copiloto.

Instantes de desesperación, como es lógico imaginar en casos como este vivieron las víctimas en los últimos minutos de sus vidas. No obstante fue sacado el tren de aterrizaje y tomadas las medidas en el afán de salvar vidas.

Luego el piloto pierde el control del aparato. Una segunda explosión había tenido lugar en el área de los baños traseros. Sin percatarse aún de la nueva complicación, el copiloto le grita: ¡ESO ES PEOR, PEGATE AL AGUA, FELO, PÉGATE AL AGUA!

¡Cómo no sentir repugnancia ante un acto tan vil como este en el que se privaron de la vida a personas inocentes, cargadas de sueños, de vida, de oportunidades! Cómo no reclamar incesantemente que prevalezca la justicia y se condene al autor de este sangriento acto terrorista, el notorio criminal y antiguo agente de la CIA Luis Posada Carriles, responsable también de innumerables actos criminales.

Pero los cubanos no olvidamos el abominable hecho y cada año lo recordamos con indignación y dolor y en particular los familiares de las víctimas.

Momento propicio también, este 6 de octubre para rememorar la contundente proclama del Comandante en Jefe, Fidel Castro ante una impresionante multitud para despedir a sus muertos y denunciar que detrás de ese crimen estaba la CIA " Cuando un pueblo enérgico y viril llora, la injusticia tiembla".