«Firme, sin alardear ante sus propios actos de heroísmo, con una dignidad que ha quedado fuera de cualquier negociación posible, el pueblo cubano vive días en extremo retadores. Y lo hace poniendo a prueba todo su saber, desatando incluso la imaginación en ese camino complejo, terrenal, demandante de inventiva y adaptabilidad: un camino que las cubanas y los cubanos conocemos muy bien -el de la resistencia inteligente-; que no significa soportar con rigidez, sino buscar, contra todo mal pronóstico, cómo superar obstáculos, cómo seguir adelante y, además, venciendo».
Ese merecido reconocimiento a la monumental entereza del pueblo cubano, fue expresado este sábado, por el Primer Secretario del Comité Central del Partido y Presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, durante su discurso de clausura del X Pleno del Comité Central de la organización partidista.
Desde el podio del Salón de los Plenos, en el Palacio de la Revolución, habló el Jefe de Estado, quien repasó de manera exhaustiva la situación económica y social del país, elementos de la política de bloqueo y acoso del gobierno norteamericano contra la isla caribeña; los desafíos del Partido en el escenario difícil que vive la nación; la situación internacional que amenaza la paz; y los retos de Cuba para recuperar gradualmente su economía.
Díaz-Canel significó que «emerge hoy, en toda su enormidad y hermosura, la gran tarea que tenemos los revolucionarios y patriotas cubanos: salvar a la Patria, a la Revolución y al Socialismo, empeño en el cual -y lo sabemos desde hace mucho tiempo- toda mano que se apreste, toda buena idea, resultan imprescindibles, valiosas, sagradas en esa fuerza inclusiva que llamamos resistencia».

«En estos tiempos, la palabra crisis resulta recurrente, por ser reflejo de una realidad cada vez más compleja y abrumadora. El mundo está herido de múltiples crisis -en primer lugar la humanitaria-; y nosotros, en medio de las turbulencias planetarias, despreciados y castigados por el enemigo más poderoso de la historia, desafiados por numerosos problemas internos, tenemos a nuestro favor el entrenamiento de seis décadas buscando, hasta encontrarlas, siempre posibles soluciones en medio de situaciones excepcionales, en medio de contextos extremos», reflexionó el mandatario.
En su medular intervención, Díaz-Canel valoró como trascendental que este X Pleno del Comité Central haya aprobado la convocatoria al IX Congreso del Partido y las ideas ideas generales para su realización.
«Será este el Congreso de un quinquenio donde el avance es haber resistido, y estar luchando y construyendo el socialismo, enfrentando con heroísmo y dignidad sin par la oprobiosa y genocida política del imperio, aferrado al plan jamás abandonado de desaparecernos», enfatizó el Presidente cubano.
De igual manera, mencionó que «al IX Congreso corresponde presentar una estrategia de perfeccionamiento del trabajo del Partido, ideológica y económico-social que dé luces, que perfeccione lo que tenemos, que dé respuesta a los problemas».
«Constituirá un congreso de continuidad de la Revolución en medio de una adversa situación global y nacional», aseguró Díaz-Canel. Y más adelante precisó: «Tiene que ser un congreso crítico, pero que también proponga y apruebe caminos para la superación de la actual situación en condiciones de bloqueo recrudecido».

En varios momentos de su discurso, el mandatario cubano evocó el pensamiento del Comandante en Jefe y del General de Ejército. El concepto de unidad, defendido por Fidel y Raúl, estuvo en el centro de sus palabras.
«Defender la unidad es la prioridad, porque la existencia misma de la Revolución depende de ella. Es una lección de la historia que nos precede, el legado martiano que Fidel convirtió en principio y el centro de la convocatoria que nos hiciera el General de Ejército en el aniversario 65 del triunfo revolucionario», acotó.
El Jefe de Estado indicó que «hay que defender la unidad con acciones, propiciando la participación del pueblo y especialmente de los jóvenes, en todos los procesos decisivos para el sostenimiento y desarrollo de la sociedad en todos los ámbitos, fundamentalmente la ideología y la economía».
En un escenario difícil, en el ámbito económico y social, el Presidente cubano resaltó que «atrevidos por naturaleza, despiertos en el actuar, hijos de una Revolución que ha defendido el saber, los cubanos sabremos descubrir siempre múltiples puertas, allí donde se presente una crisis que pueda significar para otros el anuncio de lo imposible».
«Eso explica que estemos aquí, porque sucesivas crisis siempre nos han catapultado a sucesivos logros; porque amamos superarnos a nosotros mismos; porque no nos gusta perder, y ni por asomo rendirnos; y porque la actitud de luchar va en la identidad como un código inextirpable de nuestra secuencia genética», argumentó el Presidente de la República.

En los minutos finales de su contundente discurso expresó Díaz-Canel: «¡Avancemos! ¿Cuántos somos?: Somos muchos. Si en otros momentos cruciales fueron unos pocos obrando la maravilla de una semilla descomunal pariendo historia, hoy somos millones capaces de sumar nuestras inteligencias; capaces de ser también ese “torrente de sentimientos” -como hermosamente definiera Haydée Santamaría a la Revolución-; capaces de mantener la condición de dignidad humana a la que un día pudimos ascender todos por obra y amor de la Revolución, y de la cual nada ni nadie harán que nos bajemos».
«Con esa convicción estaremos conmemorando en el ya cercano 26 de julio, el siempre convocador aniversario del asalto a los cuarteles Moncada y Carlos Manuel de Céspedes», concluyó su intervención el Presidente de la República.
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