Cuba reafirma su compromiso con la Revolución a 72 años del histórico 26 de Julio

Ciego de Ávila, Cuba.- En el acto central por el aniversario 72 de la histórica gesta del asalto a los cuarteles Moncada y Carlos Manuel de Céspedes, el miembro del Buró Político y primer ministro de la República, Manuel Marrero Cruz, reafirmó la vigencia y fortaleza de la Revolución cubana, resaltó los retos actuales y recordó el legado de los héroes de aquella epopeya.

En su discurso, pronunciado en la Plaza de la Revolución Máximo Gómez Báez, de Ciego de Ávila (escenario histórico de batallas clave por la independencia y soberanía nacional), Marrero Cruz rememoró la valentía de los jóvenes del 26 de julio de 1953, liderados por Fidel Castro, quienes protagonizaron la acción que marcó el inicio de la última etapa de la lucha por la independencia verdadera de Cuba.

“El Moncada fue continuidad de la epopeya cubana por la libertad, desde las gestas independentistas del siglo XIX, el enfrentamiento a los gobiernos entreguistas durante la  pseudorrepública hasta el derrocamiento de la tiranía de Fulgencio Batista”, precisó el jefe de Gobierno.

Asimismo, significó la historia de resistencia en Ciego de Ávila, con figuras como los hermanos Gómez Cardoso, el brigadier Juan Veloso y el mayor general Máximo Gómez, “quien realizó hazañas que el ejército colonial consideraba imposibles, como cruzar la trocha de Júcaro a Morón al frente de miles de hombres”, aseguró.

Marrero Cruz puso de relieve la estabilidad y avances logrados en Ciego de Ávila en ámbitos político, económico y social, a pesar de reconocer que “lo alcanzado está lejos de satisfacer las necesidades”. Para el primer ministro, el compromiso y la participación activa, especialmente de las nuevas generaciones, permiten consolidar los resultados en producción de alimentos, industria alimentaria, turismo —destacando el desarrollo del destino Jardines del Rey—, educación, ciencia e innovación aplicada al desarrollo local.

El dirigente felicitó a las provincias de Sancti Spíritus y Guantánamo por sus reconocimientos recientes y las ubicó, junto a Ciego de Ávila, en el pelotón de vanguardia en cumplimiento de tareas priorizadas, aunque recordó que “el resto del país también realiza esfuerzos encomiables”.

Al abordar la situación del país, no dudó en afirmar que Cuba enfrenta “desafíos enormes, internos y externos”, pero que el pueblo cubano afronta estos retos “con el mismo interés y optimismo que aquella mañana de Santa Ana, con convicción inquebrantable en la victoria”. Subrayó que la capacidad de sobreponerse a los obstáculos está “inseparablemente unida a nuestra identidad nacional y a la historia revolucionaria”.

El bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por Estados Unidos fue uno de los puntos centrales del discurso. Marrero Cruz recordó que, desde 1960, Washington ha aplicado una política de “ataque permanente, intentos de invasión, sabotajes, terrorismo de Estado y una agresión económica multidimensional, cruel y genocida con efecto extraterritorial”. Citó al General de Ejército Raúl Castro Ruz, quien definió esta política “como una implacable guerra contra nuestro pueblo”.

Además, denunció que la Administración estadounidense actual mantiene la misma estrategia, basada en “provocar hambre y desesperación para derrocar al Gobierno cubano”, pero afirmó con convicción: “No lo han logrado ni lo lograrán”.

Aunque destacó el impacto severo de la agresión externa, Marrero Cruz enfatizó que “no significa cruzarnos de brazos ni atribuir todos los problemas únicamente al bloqueo”. Reclamó enfrentar las dificultades internas, incluidos errores y deficiencias, con esfuerzo propio, “convencidos de que sí se puede, gracias a la decisión, laboriosidad, inteligencia y compromiso del pueblo cubano”.

Se refirió al programa nacional para enfrentar y reducir los apagones eléctricos, situación que afecta la vida cotidiana, la economía y la estabilidad del país. “No es una tarea fácil, pero trabajamos con una estrategia para alcanzar gradualmente la estabilidad en el servicio y la soberanía energética”. Insistió en la necesidad de eliminar trabas, corregir deficiencias y convertir el esfuerzo del pueblo en resultados tangibles.

El Programa de Gobierno, explicó, toma en cuenta los documentos de los congresos del Partido Comunista y el Plan Nacional de Desarrollo Económico y Social hasta 2030, para actualizar el modelo económico-social y preservar el socialismo.

En un llamado a la unidad, Marrero Cruz exhortó a “fortalecer la unidad interna, porque es el escudo protector ante las campañas del enemigo que intenta fracturarnos”. Instó a preservar “la conciencia y el espíritu antiimperialista en las nuevas generaciones” para que no sean confundidas por noticias falsas o falsas promesas.

Recordó la responsabilidad de honrar el sacrificio de los caídos y de continuar defendiendo la Revolución “en todos los frentes sin descuidar la defensa de la patria socialista”, basado en la “concebida estrategia de guerra de todo el pueblo”.

También destacó la labor decisiva de las Fuerzas Armadas Revolucionarias y el Ministerio del Interior como garantes de la defensa, fieles al legado de Fidel y Raúl Castro.

En el contexto global actual, con múltiples crisis sanitarias, económicas y climáticas que afectan a Cuba, el primer ministro ratificó la política exterior revolucionaria y solidaria de la nación. Cuba defiende la justicia, la soberanía y el derecho de los pueblos a determinar libremente su destino político y promueve relaciones de amistad “con independencia de las diferencias culturales o políticas”.

Subrayó la importancia de fortalecer la cooperación internacional, especialmente con países del Sur, y fomentar vínculos comerciales en función de prioridades nacionales. Reconoció el respaldo de movimientos de solidaridad, ALBA-TCP y Gobiernos como Venezuela, Vietnam, China, Rusia y otros países amigos.

Recordó el trabajo internacionalista de miles de profesionales cubanos de la salud, educación y otros sectores “que lejos de la patria están salvando vidas y combatiendo el analfabetismo”, porque “Cuba no ofrece lo que le sobra, sino comparte lo que tiene”.

El año 2026, aseveró Marrero Cruz, será “de muy especial significación”, pues se celebrará el centenario del Comandante en Jefe Fidel Castro y se realizará el IX Congreso del Partido Comunista, que marcará “la continuidad de la Revolución en medio de un escenario adverso”.

Se centrará en prioridades como el aumento de la producción nacional, especialmente alimentos, la recuperación del sistema electroenergético, el fortalecimiento de la empresa estatal socialista, estabilidad macroeconómica, relaciones entre sectores estatal y no estatal, reducción de la inflación, atracción de inversión extranjera, eficiencia y ahorro.

Citó al primer secretario, Miguel Díaz-Canel, al describir el Congreso como “crítico, pero que también proponga y apruebe caminos para superar la situación actual en condiciones de bloqueo, incluso recrudecido”.

Este Congreso, explicó, contará con una amplia consulta popular y será un evento que convocará a todos los cubanos a reafirmar su compromiso con la Revolución.

Asimismo, Marrero Cruz ratificó que la Revolución Cubana es invencible porque el pueblo “se mantiene fiel a ella”, y advirtió a los enemigos que “Cuba no se rinde, no claudica, no se pone de rodillas frente a nadie. Nuestra dignidad nacional no es negociable y la defenderemos al precio que sea necesario”.

Encabezaron el acto el General de Ejército Raúl Castro Ruz, líder de la Revolución Cubana, el primer secretario del Comité Central del Partido y presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, los comandantes Ramiro Valdés y José Ramón Machado Ventura.

También asistieron otros miembros del Buró Político, del Comité Central, del Consejo de Estado, del Gobierno, la Unión de Jóvenes Comunistas, la Asociación Combatientes de la Revolución Cubana, las Fuerzas Armadas Revolucionarias, el Ministerio del Interior y las organizaciones de masas.

De igual modo, llegaron a la cita 370 hermanos de la solidaridad con Cuba de 23 países de América Latina, Europa y África, unidos a 10.000 avileños, en compañía del primer secretario del Partido en Ciego de Ávila, Julio Heriberto Gómez Casanova, y el gobernador de la provincia, Alfre Menéndez Pérez.

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