Por: Yeris del Sauzal
El parque solar fotovoltaico ubicado en zona aledaña al Campismo Popular Arroyo Lajas, perteneciente a Cabaiguán, en la central provincia de Sancti Spíritus, ya entrega energía luego de sincronizarse con el Sistema Eléctrico Nacional (SEN).
“Con 7 inversores, su máxima potencia instalada es de 21.8 megawatts (MW)”, destacó el director de la Empresa Eléctrica Sancti Spíritus (EESS), Roberto Hernández Rojas.
“Se ensamblaron 42 855 paneles solares en un área de 32 hectáreas. Su construcción fue en tiempo récord, pues en menos dos meses se logró completar la obra, prevista para tres. Este trabajo nos ha dado experiencia para los otros dos de semejante envergadura enclavados en los municipios de Taguasco y Jatibonico.
Según Hernández Rojas, la mencionada obra tiene una peculiaridad, en relación con las que se han sincronizado hasta ahora, las cuales fueron construidas con pilotes o tecnología de hincado, mucho más fácil de edificar. “En este caso se emplearon los llamados pilarotes, técnica que demora más porque consiste en abrir un hueco y ejecutar una fundición”.
El parque solar fotovoltaico que nace en Tuinucú, en el municipio espirituano de Taguasco, ya se encuentra en proceso de montaje de las mesas, en tanto el de la comunidad de El Meso, en Jatibonico, está en fase de movimiento de tierra.
Con los tres parques solares de 21,87 MW, previstos a sincronizar este año -más 17 MW de potencia instalada en otros siete emplazamientos espirituanos- Sancti Spíritus llegará a cerca de 80 MW de generación fotovoltaica, lo que supone un aporte significativo en el horario diurno, para el correspondiente ahorro de combustible para el país.
“Eso no quiere decir que nosotros vamos a cubrir, constantemente, esa demanda en ese horario porque no necesariamente todos los parques están generando siempre su capacidad máxima. Eso depende mucho de varios factores: la radiación solar y la temperatura, por ejemplo”, concluyó.
DE CARA AL SOL POR EL BIEN COLECTIVO

Yalinka Terry Castillo, parece no temerle al sol. “Sé que hace daño a la piel, pero el astro rey es nuestra salvación”, dijo sonriendo, cuando la descubrí entre tantos hombres en el Parque solar fotovoltaico de Cabaiguán.
En la extensa área parecían “hormigas locas” los trabajadores y especialistas del Micons, empresas del sistema eléctrico y de otros sectores como Copextel, ATI, CEDAI, ECIE y GEYSEL. Pero ella llamaba la atención por la rapidez en la que se desplazaba, forrada hasta el cuello con remera de mangas largas y colores oscuros, y un sombrero de ala ancha.
“Llevo muchos días aquí, y el ambiente es favorable. Se ha trabajado de lunes a lunes, sin importarnos el calor, la lluvia, ni el sereno. Somos pocas mujeres, pero me gusta trabajar junto a hombres; me llevo bien con todos ellos, y me respetan”.
“Mi trabajo consiste en vigilar por la seguridad y salud del trabajo. Eso se traduce en velar que los obreros usen los equipos de protección personal, como guantes, cascos, que no se suban a las alturas sin seguridad…”.
¿Cómo logra lidiar con el trabajo que aquí demanda de muchas horas, y el poco tiempo que le queda para dedicárselo a la familia?
“A casa llego agotada, pero tengo la suerte de contar con mi mamá que me ayuda muchísimo. Cuando llego a mi casa todo está hecho. Ella comprende la importancia del trabajo que hacemos, porque es para mejorar. Además, sabe que esta labor la estoy disfrutando.
“La atención es buena, y todo el mundo está dispuesto para lo que se necesite. La alimentación es muy buena. Tenemos el transporte seguro que nos trae y nos regresa a nuestros lugares de residencia”, añade la espirituana.
Mientras conversa, Yalinka parece un faro pasando revista a la extensa área del parque solar fotovoltaico. Detiene la mirada y encuentra a Alexander Calderón, un joven que recoge vestigios constructivos en las cercanías de los paneles. Hasta allí vamos. Ella le exige el uso de los guantes, y mientras se los acomoda responde:
“Comencé en el Mincon a inicios de julio. Enseguida me incorporé a armar las mesas para poner los paneles. Es la primera vez que trabajo en un parque, porque antes laboraba en la Empresa Eléctrica, pero en una brigada de poda, y luego laboré como custodio”.
“El trabajo ha sido difícil, pero nos brindan tremenda atención. El sol es bravo, pero ganas buen dinero, y cuando termine aquí voy para Tuinucú, para el próximo parque que comenzará a funcionar. Me siento orgulloso de aportar”, expresó, mientras se limpiaba el sudor de su rostro exhausto, expresión de su última frase: “casi siempre vengo a trabajar desvelado, por los apagones, pero vengo porque sé que hace falta para que el país salga alante”.
LA CARRERA DEL SOL MEDIDA EN RECURSOS

La lista de recursos demandado por el Parque solar fotovoltaico de Cabaiguán, quizás no compagine con el tiempo en que se ejecutó la obra.
Las cifras, quizás se lean rápido, pero según declaró al periódico Escambray, Julio Antonio Hernández Puebla, al frente de la Dirección Integral del Proyecto de la Empresa Eléctrica Provincial, “la infraestructura del parque incluye 42 855 paneles solares ensamblados en pocas semanas, gracias a la articulación de múltiples actores del sector eléctrico y constructivo”
“A lo largo de este proceso se utilizaron más de 632 000 tornillos solo en el montaje de las mesas, mientras que la parte de cableado exigió zanjear 14 kilómetros para la red subterránea y disponer de 200 kilómetros de conductores. La colocación final involucró la ejecución de 89 560 conexiones eléctricas”, añadió la mencionada fuente.
El coste del Parque solar fotovoltaico de Cabiaguán, de tecnología china, asciende a 1200 de pesos en ambas monedas, un esfuerzo que está en sincronía con el programa del gobierno de Cuba para la transición hacia el uso de energías renovables.