Más de cincuenta personas fueron asesinadas la semana pasada en la localidad de Laboderie, al norte de la capital haitiana, como resultado de una serie de ataques coordinados por la coalición criminal Viv Ansanm (“Vivir juntos”).

La denuncia fue presentada por la Red Nacional de Defensa de los Derechos Humanos (RNDDH), que calificó los hechos como una “masacre extremadamente cruel” contra la población civil.
Según el informe de la organización, los agresores incendiaron decenas de viviendas y provocaron el desplazamiento forzado de centenares de familias. La inseguridad persistente impidió la recuperación de los cuerpos, muchos de los cuales permanecen abandonados en zonas rurales, expuestos a la intemperie y devorados por animales.
La RNDDH indicó que los atacantes justificaron la violencia acusando a los residentes de colaborar con la policía como informantes. Sin embargo, la organización subraya que los civiles se encuentran atrapados en medio del conflicto, sin acceso a protección ni a recursos básicos.
“Hasta este domingo, los cuerpos de varias víctimas aún no se habían recuperado, mientras que cadáveres aún yacían en los matorrales, devorados por perros”, denunció la organización. Algunos sobrevivientes lograron refugiarse en comunidades cercanas, otros escaparon al mar en canoas buscando poner distancia con la violencia.
Crisis institucional y dominio territorial
La masacre ocurre en un contexto de profunda crisis política y colapso institucional. Desde la renuncia del primer ministro Ariel Henry en abril de 2024, las bandas armadas han ampliado su control territorial. Actualmente, según estimaciones de Naciones Unidas, cerca del 90% de Puerto Príncipe está bajo dominio de grupos criminales, lo que ha generado desplazamientos internos masivos y un clima de temor generalizado.

Reacciones oficiales e internacionales
El Consejo Presidencial de Transición, órgano que asumió la jefatura del Estado tras la dimisión de Henry, emitió un comunicado en el cual expresa su “profunda indignación” ante los hechos y solicitó apoyo urgente de la comunidad internacional para reforzar las capacidades estatales y atender la emergencia humanitaria.

Por su parte, el secretario general de la ONU, António Guterres, condenó el “ataque brutal” a través de un mensaje en la red social X, y exhortó a fortalecer la Misión Multinacional de Seguridad (MMAS), liderada por Kenia, que opera en Haití desde hace más de un año en apoyo a la Policía Nacional Haitiana.

Situación crítica y llamado a la acción
A pesar de la presencia internacional, las bandas consolidan su dominio sobre los principales núcleos urbanos del país. La falta de capacidad de respuesta estatal y el acceso limitado de la ayuda humanitaria han agravado la crisis, según organismos internacionales.
La RNDDH concluye que la situación en diversas regiones del país permanece crítica, con comunidades expuestas a ataques sistemáticos, desplazamientos forzados, despojos y violaciones graves a los derechos humanos. La comunidad internacional insiste en la urgencia de implementar medidas efectivas para proteger a la población civil haitiana.