Ranchuelo es la tierra del piloto de Barbados

Han pasado 49 años y, aun así, el dolor no ha cesado. El crimen de Barbados es una herida que duele, no cierra en la mente y en los corazones de cubanas y cubanos.

«No podemos decir que el dolor se comparte. El dolor se multiplica. Millones de cubanos lloramos hoy junto a los seres queridos de las víctimas del abominable crimen. ¡Y cuando un pueblo enérgico y viril llora, la injusticia tiembla!», dijo Fidel el 15 de octubre de 1976, en conmovedor discurso, pronunciado en la Plaza de la Revolución, en el acto de despedida del duelo de las víctimas.

En Villa Clara, la integrante del Comité Central del Partido y su primera secretaria, Susely Morfa y la Gobernadora, Milaxy Yanet Sánchez Armas, presidieron el emotivo acto que tuvo lugar en el Parque de los Mártires, del municipio de Ranchuelo.

Han transcurrido casi 50 años del horrendo asesinato, sin que nunca sus autores y ejecutores pagaran por ello. Al contrario, vivieron impunes en Estados Unidos, bajo el amparo de sus autoridades.

En esta isla tenemos memoria, ese fue el clamor del pueblo de Ranchuelo, la tierra de Wilfredo Pérez Pérez, el piloto de aquella nave de Cubana y Ángel Tomás Rodríguez, también ranchuelero y miembro de la tripulación de 73 seres humanos que vivirán por siempre desde la inmensidad del mar.

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