Universidad Popular José Martí, la hija querida de mis sueños

Universidad Popular José Martí, la hija querida de mis sueños

De obra colosal puede calificarse la creación por Julio Antonio Mella de la Universidad Popular José Martí que funcionó de 1923 a 1927 dentro del campus de la Universidad de La Habana.

Guiaba sus pasos el bien universal de la educación de los sectores populares, estrechando alianzas entre los obreros, los estudiantes y la intelectualidad cubana a favor de la cultura del pueblo. El proyecto aseguraba no sólo la formación cultural sino además ideológica; su creador y organizador, la llamó «la hija querida de mis sueños».

Según un sitio web consultado, la Universidad Popular José Martí, el Movimiento de la Reforma Universitaria y la Protesta de los Trece (encabezada por Rubén Martínez Villena, 1899-1934), marcaron una trilogía de hechos relevantes ocurridos durante ese año (1923) en la vida política y cultural de Cuba.
En el año 1927 fue clausurada por órdenes del dictador Gerardo Machado, acusada de «peligroso foco de propaganda comunista».

La idea surgió en el Primer Congreso de Estudiantes celebrado entre el 14 y el 26 de octubre de 1923, año que se caracterizó por la agitación universitaria frente a los desmanes de la tiranía de turno. Al evento asistieron 128 delegados en representación de 53 instituciones debatiéndose un total de 33 ponencias en las sesiones plenarias, con temas estrechamente relacionados con la reforma de la enseñanza secundaria; las modificaciones al plan de estudios de Derecho; cambios en la estructura de la enseñanza universitaria y secundaria, además de temas económicos, políticos, culturales y sociales.

La enseñanza media (Institutos, Escuelas Normales y colegios privados), tuvieron delegados. En la magna cita el Directorio estudiantil presentó, además, en su programa la necesidad de la reforma radical de la Universidad, tema que fue tratado un mes antes del Congreso.

En el cónclave, cuyo lema central proclamaba «Todo tiempo futuro tiene que ser mejor», se tomaron acuerdos trascendentales, a pesar de la composición heterogénea de este Congreso, tales como Fundar la Confederación de Estudiantes de Cuba y la Declaración de Derechos y Deberes del Estudiante, condenar entre otros la penetración imperialista norteamericana en las Antillas, Centroamérica y Filipinas; el colonialismo, solicitar que Cuba establezca relaciones diplomáticas con la entonces Unión Soviética; la actuación de imperialismo yanqui en Cuba, demandar la derogación de la Enmienda Platt y Rechazar la Doctrina Monroe y el Panamericanismo, así como crear la Universidad Popular José Martí, inspirada según palabras de Mella, en el propósito de abrir una senda de luz para la generación de los obreros cubanos

El curso comenzó el 20 de noviembre de 1923 en la Facultad de Derecho, en horario nocturno y en sus aulas se impartió Historia de la Humanidad y de Cuba, Literatura, Gramática, Matemática, Psicología y Lógica, Homicultura, Maternidad y Profilaxis Sexual, Economía Política y Social, Legislación del Trabajo, Moral Antidogmática y Rudimentos de Ciencias de las Religiones; además de explicarle a los obreros los fundamentos del sistema de explotación a que estaban sometidos, ejemplificando especialmente con los trabajadores azucareros, sector mayoritario en el país. En sus clases se aplicaba el método dialéctico-materialista, y en sus normativas se destacaron el reconocimiento al antidogmatismo, al método científico-pedagógico y a la justicia social. Estableció la dirección conjunta de profesores y obreros para la entidad, y reconoció el objetivo de formar en el proletariado una mentalidad culta, completamente nueva y revolucionaria.

Ofreció cursos de primera enseñanza, escuela de analfabetos y escuela nacional, además de conferencias que contaron con la colaboración de profesores universitarios y de destacados intelectuales como Eusebio Adolfo Hernández y Emilio Roig de Leuchsenring.

Junto a los estudiantes y graduados que se iniciaron con Julio Antonio Mella, sobresalieron Sara Pascual, Leonardo Fernández Sánchez, Alfonso Bernal del Riesgo y Eusebio Adolfo Hernández, a quienes se unieron poco después Rubén Martínez Villena (1899-1934), Raúl Roa (1907-1982) y Gustavo Aldereguía Lima (1895-1970).

Las primeras clases tuvieron lugar en el Aula Magna de la Universidad de La Habana. Condenada y perseguida, sobre todo a partir del gobierno de Gerardo Machado, la Universidad Popular se vio obligada a mover constantemente su sede, desde la propia Universidad hasta diferentes locales sindicales, como la Federación de Torcedores de La Habana, la Federación Obrera de Bahía, la Hermandad Ferroviaria y otros locales en San Antonio de los Baños, Regla, Guanabacoa y Marianao.

Las aulas de la Universidad Popular José Martí pudieron expandirse al resto de las provincias del país a pesar de la represión y las enormes dificultades para la comunicación propias de la época. También logró organizar ciclos de conferencias dominicales con temas sociales. Entre ellos se destacó el impartido por Julio Antonio Mella en el entonces cine Wilson, ubicado en Belascoaín y San Rafael.

Con la Universidad Popular José Martí se eliminan los monopolios educativos, y lleva a los sectores populares un saber complejo y necesario.

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