Otro huracán en Oriente

Cuando se recorren los territorios afectados por el huracán Melissa, ya comienza a verse otra cara en los sitios por donde el drama del meteoro dejó sus huellas.

No son huellas fáciles de borrar, ni en el orden sicológico, ni en lo material, están ahí, latentes, para muchos, intactas. Pero no puede cubrirnos el inmovilismo, y el hacer, debe anteponerse al primer impacto.

Un concepto se va poniendo de manifiesto en muchos lugares. Las ayudas y donativos han ido llegando. Las oficinas de trámites van haciendo lo suyo para encauzar posibles salidas a los problemas y certificar los daños, pero lo que no puede faltar de ninguna manera es la acción de quienes viven en los lugares donde el huracán pasó.

Lo digo, porque primero hay que reconocer la valentía con que los compatriotas del oriente enfrentaron un fenómeno complejo, que puso en riesgo no solo lo material sino la vida humana. Por eso, también multiplico la frase de nuestro Presidente cuando dijo en Santiago de Cuba, hace apenas unas horas, que estamos vivos, y ahora un huracán de recuperación tiene que caracterizar nuestro actuar cotidiano.

Hemos apreciado agotamiento físico, pero nunca hemos visto que las personas hayan tirado la “toalla” como popularmente decimos en el argot popular. Una cubana de pura cepa lo dijo, en una de las comunidades del Oriente, “hay que acompañar la recuperación con el esfuerzo propio, sin contemplar lo que otros también ofrecen y aportan. La recuperación es de todos”.

Ese concepto lo apreciamos sintetizado también en otro: los cubanos somos duros, y la unidad, cuando el zapato aprieta sale a relucir. De ahí que en cada lugar donde Díaz-Canel ha estado junto al pueblo, haya reiterado la felicitación al pueblo por su disciplina durante el paso del evento hidrometeorológico.

Con la magnitud de lo que nos pasó, y no hubo víctimas humanas que lamentar. En otro cualquier país, incluso con poderosos recursos, no se ha alcanzado algo similar. No es para vanagloriarnos, porque hay dramas en familias que lo han perdido todo, y tienen que empezar desde cero. Pero suerte de vivir en Cuba, a la que quieren demonizar desde las redes sociales digitales, tirándole con todos los contenidos más perversos, y buscando cada vez más desacreditar la gestión de nuestro Gobierno. Ya eso lo sabemos.

La magnitud de los daños es grande, pero ya se trabaja durísimo en la recuperación, se han recuperado dinámicas presentes en la cotidianidad de las comunidades y pueblos, el curso escolar se reinició, y aunque existen no pocos lugares con afectaciones serias en la infraestructura de las telecomunicaciones y eléctricas, y el abasto de agua potable, nadie ha quedado cruzado de brazos.

Linieros de Etecsa Villa Clara escriben páginas de solidaridad en Oriente

Hemos visto a no pocos de nuestros dirigentes vinculados con estas actividades, de forma permanente en la región oriental, reconociendo y escuchando los planteamientos de la población, informándola sobre qué estrategia se sigue y en qué plazo se pueden revertir los problemas. Nadie tapa la bola, al contrario, la justeza de nuestra Revolución es tan grande, que el ejemplo agiganta a quienes la dirigen.

El oriente cubano se comienza a levantar tras Melissa. Los cubanos allí sacan su casta, no es por gusto, que esa zona del país, como otras, parió muchísimos hijos que entraron para siempre en la historia. Durante la recuperación, pasa ahora otro huracán humano.

Fuerza Cuba

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