El Centro de Atención Cardiovascular del Hospital provincial Manuel Ascunce Domenech, expresiones como las de Alexis Rodríguez Caballero, son comunes…
“Muy buena atención, seguro; tanto de los médicos como de las enfermeras. Un trato muy, muy bueno.
–¿Y cuánto le ha costado esta estadía?
“Nada, gracias a la Revolución”.

Los pacientes reciben todos los cuidados médicos, como en este caso, explica la doctora Yanetsy Varona Anaya.
“El paciente sufrió un infarto con elevación del ST que indica un daño considerable en el músculo cardíaco; es el más complicado. Pero ha evolucionado de manera estable. Se trombolizó, que es el tratamiento que se utiliza en el mundo, y al que nosotros tenemos acceso. Él ha evolucionado muy bien, no ha tenido recaídas, se recuperó”.

Desde hace 25 años, los pacientes tienen garantías de atención, hoy con un colectivo integrado por veinte especialistas y 24 enfermeros, con alto nivel científico, docente e investigativo, y con la disponibilidad de tecnologías y recursos adecuados, refiere el especialista en Cardiología, doctor Luis Deivis González Rodríguez.
“El índice ocupacional de las camas es bastante favorable, la implantación del marcapaso, la recuperación de los pacientes, la rehabilitación, que para nosotros tiene un papel fundamental, porque es precisamente la reincorporación de esos pacientes a la sociedad. Todos los pacientes que ingresan con un síndrome coronario se vinculan a la rehabilitación”.

Fundado el quince de noviembre del año 2000, el Centro de Atención Cardiovascular del Hospital provincial Manuel Ascunce, de Camagüey, está integrado a la Red Cardiológica Central, y ofrece diversos servicios.
“Atendemos las consultas especializadas dentro de la propia cardiología y la provincia completa; y a veces también a provincias hermanas que requieren de nuestra asistencia.
“Prestamos el servicio de ergometría, de eco-cardiograma, de la monitorización ambulatoria de la presión arterial; la consulta regional de programación del marcapaso y las consultas pre-quirúrgicas para todos los pacientes que requieren tratamiento quirúrgico que no se presta en nuestra provincia, pero se le facilita, les hacemos todos los estudios y así poderlos mandar hacia los centros rectores de la cirugía cardiovascular”.
Los principales indicadores son favorables
“Implantamos aproximadamente 400 marcapasos al año. Otro indicador que para nosotros es muy importante es la mortalidad por infarto agudo de miocardio, en el cual desde la COVID 19 habíamos tenido un crecimiento y hemos logrado que ese indicador baje, estamos alrededor de doce”.
–¿Cuánto cuesta un marcapaso y cómo el hospital es capaz de mantener el flujo que necesita?
“Los marcapasos son dispositivos de muy alta tecnología, son muy costosos. Los productores de marcapasos son potencias mundiales, son países del primer mundo, con una economía desarrollada, lo cual imposibilita a Cuba producirlo.

“Actualmente se adquiere por el Ministerio de Salud Pública (Minsap), en Europa, por las complejidades que se nos impone con la situación de bloqueo, que no podemos adquirir los marcapasos norteamericanos, que por la cercanía el costo nos era más favorable. El precio en el mercado oscila en los mil dólares cada marcapaso, por lo tanto son dispositivos muy costosos”.
A la compra del dispositivo se suman los equipos para el proceder quirúrgico, los medicamentos y analgésicos; no obstante, la isla bloqueada, ofrece ese servicio de manera gratuita, aunque en los últimos tiempos se ha prolongado la estadía de los pacientes, en espera de la implantación de un marcapasos.
“Sin embargo se han buscado todas las alternativas, tanto clínicas como médicas y quirúrgicas, para garantizar la vida del paciente”.
Para el colectivo del Centro de Atención Cardiovascular de Camagüey, el latido del corazón marca cada paso.
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