El alcance de las operaciones de Estados Unidos en torno a Venezuela podría intensificarse luego de la inclusión oficial del Cartel de los Soles en la lista de Organizaciones Terroristas Extranjeras (FTC), medida que entra en vigor hoy.
La designación, impulsada por el secretario de Estado Marco Rubio, otorga al gobierno de Donald Trump un marco legal que hasta ahora no tenía para justificar sus acciones militares en el Caribe y su estrategia contra Venezuela.

Washington señala al presidente Nicolás Maduro como el supuesto líder del Cartel de los Soles que, según Insight Crime, participa en contrabando de gasolina, minería ilegal y narcotráfico. No obstante, Estados Unidos no ha presentado pruebas que vinculen directamente a Maduro con esta organización ni con la megabanda Tren de Aragua, a la que también Trump lo asocia.
Rubio responsabiliza al Cartel de los Soles de la “violencia terrorista en el hemisferio”, lo que abre la puerta a que Trump coordine acciones con agencias como el Departamento de Guerra.
En julio de 2025, el Departamento del Tesoro de Estados Unidos declaró al Cartel de los Soles como organización terrorista global y señaló que supuestamente este grupo habría brindado apoyo material a organizaciones criminales internacionales que, según Washington, ponen en riesgo la seguridad y la estabilidad del país. Entre ellas se mencionan el Tren de Aragua y el Cartel de Sinaloa.
Actualmente, en el Caribe se mantiene el mayor despliegue militar desde la Guerra del Golfo: el portaaviones USS Gerald R. Ford, dos destructores, seis buques adicionales, aviones de combate y unos 8.000 efectivos.

Hasta este momento, se reportan al menos 83 muertes en ataques contra 21 embarcaciones sospechosas de presunto narcotráfico en aguas del Caribe y el Pacífico, aunque no se ha comprobado que transportaran drogas.
Recientemente el secretario de Guerra, Pete Hegseth, sugirió que se abrirían “nuevas opciones”.

Según publican agencias internacionales, para el académico mexicano Juan Manuel Trak, el incremento de presión genera la percepción de que un ataque podría ser inminente.
Funcionarios estadounidenses dijeron a Reuters que el gobierno de Trump está preparado para abrir una nueva etapa de operaciones contra Venezuela, aunque no especificaron qué tipo de medidas se aplicarían.
Recuérdese que a comienzos de mes la Agencia Central de Inteligencia de Estados Unidos (CIA) recibió autorización para realizar operaciones encubiertas. Otro alto cargo aseguró que “ninguna acción puede descartarse”, mientras que otros, bajo condición de anonimato, señalaron que figura entre las posibilidades, un intento de derrocar a Maduro.
De acuerdo con The Washington Post, una de las opciones analizadas sería lanzar panfletos sobre Caracas desde aviones militares, para recordar la recompensa de 50 millones de dólares para la captura de Maduro, con el fin de generar tensiones internas y provocar divisiones en el poder.
Algunas aerolíneas suspendieron temporalmente sus vuelos, aunque especialistas consideran que se trata de una medida preventiva más que de un indicio de conflicto inmediato. El exdirector de Aviación Civil de Trinidad y Tobago, Ramesh Lutchmedial, explicó a EFE que, si la situación se intensifica, podrían establecerse zonas de exclusión aérea.

Críticas
Trump enfrenta críticas por la legalidad de sus acciones, por contradecir su promesa de campaña de evitar guerras en el extranjero y por la presión de su electorado para dar explicaciones sobre una posible intervención militar.
El senador republicano Rand Paul advirtió en CBS que una acción militar en Venezuela podría dividir al movimiento que respalda al presidente estadounidense. Recordó que gran parte de esa base, incluida la suya, apoyó la promesa de mantener a Estados Unidos fuera de conflictos externos, postura que también se refleja en el debate sobre la ayuda a Ucrania frente a Rusia.

Una encuesta
Una encuesta de CBS News revela que la mayoría de los estadounidenses exigen explicaciones sobre la necesidad de involucrarse en un conflicto con Venezuela. Según el sondeo, el 76% considera que una acción militar no ha sido suficientemente justificada y el 70% se opone a esa vía. Apenas un 13% percibe a Venezuela como una amenaza significativa y el 39% cree que el país no representa ningún riesgo.
Reacciones recientes
En el plano internacional, el presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva afirmó al cierre del G20 que conversará con Trump sobre Venezuela, e insistió en que “no hay razón para iniciar una guerra”.

El mandatario colombiano Gustavo Petro también pidió una salida pacífica. Afirmó que el verdadero trasfondo de una posible intervención en Venezuela es el petróleo. Según dijo, la caída de los precios internacionales favorecería un monopolio árabe, mientras que Estados Unidos quedaría con crudo pesado.

La tensión entre Washington y Caracas se mantiene desde agosto, cuando el presidente Trump ordenó un amplio despliegue militar en aguas del Caribe bajo el supuesto de combatir el narcotráfico.
El gobierno venezolano ha negado reiteradamente la existencia del Cartel de los Soles, calificándolo como una invención destinada a justificar presiones externas.
El ministro venezolano de Relaciones Interiores, Diosdado Cabello, también rechazó esa acusación. “De repente desempolvaron algo que llaman el Cartel de los Soles, que jamás han podido comprobar porque no existe. Es parte de la narrativa del imperialismo”, afirmó recientemente durante un congreso sobre consumo de drogas y delincuencia juvenil transmitido por Globovisión.

