Muerte de Maceo

El Titán de Bronce: su paso a la eternidad

Por: Argentina Alcantara Rodríguez

Más de un siglo ha pasado desde que, el 7 de diciembre de 1896, cayera en combate Antonio Maceo Grajales, el bravo mambí defensor de la causa independentista cubana. Conocido como el Titán de Bronce por su  fortaleza, tanto física como moral, demostró su valentía hasta el último aliento.

Ese día, en la finca San Pedro, de La Habana colonial, aguardaba en calma cuando balas enemigas rompieron la quietud. Maceo, fiel a su costumbre de enfrentar al adversario, cayó abatido en esta confrontación. Junto a él, su joven ayudante Panchito Gómez Toro también pereció, eligiendo morir al lado del héroe que reconocía como su guía.

Foto: Obra de José Manuel Mesías.

Durante la Guerra de los Diez Años, sus acciones militares y políticas lo erigieron en un símbolo de resistencia. Pasó a la historia por su firme postura en la Protesta de Baraguá, donde rechazó cualquier acuerdo de paz que no garantizara la independencia. Lideró con éxito la invasión de Oriente a Occidente, una hazaña que subrayó su compromiso con la libertad.

Sin embargo, es menos conocido el plan conspirativo que impulsó en 1890 para retomar la lucha por la independencia cubana, denominado la Paz de Manganeso. Resulta relevante que esta estrategia prefiguró eventos significativos que sucederían más de seis décadas después con el asalto al cuartel Moncada, dirigido por Fidel Castro.

Según la investigación de la doctora en ciencias históricas Damaris Torres Elers, el plan de Maceo incluía un ataque simultáneo y sorpresivo a varias fortificaciones en la ciudad. Específicamente, apuntaba al cuartel Reina Mercedes y al hospital Príncipe Alfonso, sitios que décadas después serían el Cuartel Moncada y el Hospital Civil Saturnino Lora, respectivamente. Además, se planeaba el apoyo de conspiradores desde diversas localidades del oriente cubano.

Esta conspiración, aprobada el 26 de julio de 1890, tenía como objetivo iniciar un levantamiento el 8 de septiembre, coincidiendo con la celebración religiosa de la Virgen de la Caridad del Cobre. No obstante, una combinación de factores  como la oposición de los propietarios de minas de manganeso, los cambios políticos en España y el espionaje colonial que detectó las diversas actividades de Maceo y mantuvo el interés de dividir las filas revolucionarias llevó al fracaso del plan. Consecuentemente, el 30 de agosto de ese año, Maceo fue deportado a Jamaica.

Sesenta y tres años después, en 1953, Fidel Castro y la Generación del Centenario eligieron Santiago de Cuba para lanzar su ofensiva revolucionaria contra la dictadura de Batista. En ese sentido, llevaron a cabo un ataque simultáneo a las mismas fortalezas que Maceo había identificado en su plan de 1890. Esta coincidencia revela una continuidad histórica que subraya cómo el legado patriótico de figuras como Maceo inspiró a las nuevas generaciones a forjar el destino de Cuba.

Al cumplirse este día 129 años de la muerte de Antonio Maceo, se recuerda al estratega que anhelaba una Cuba libre, cuyo legado se enlazó con luchas posteriores.

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