El 18 de diciembre de 1956, en el lugar conocido como Cinco Palmas, en Media Luna en la Sierra Maestra, aconteció el reencuentro entre dos grupos de guerrilleros expedicionarios del Granma que se encontraban dispersos luego de la sorpresa de Alegría de Pío.
El grupo de Fidel y Raúl sumaban siete fusiles, suficientes para que el Comandante en Jefe considerara ganada la guerra. Solo el optimismo, la firme convicción en la lucha iniciada y la confianza en el triunfo hicieron posible que el naciente Ejército Rebelde se consolidara, y poco a poco ganara combates y el reconocimiento del pueblo.
Varios días permaneció Fidel en Cinco Palmas, y luego se les unió el grupo de Juan Almeida. Desde ese momento Fidel reafirmó su gran estrategia, enorme voluntad y se convirtió dentro del Ejército Rebelde en ejemplo indiscutible. Fidel al frente de 82 expedicionarios había llegado a la tierra cubana, el 2 de diciembre después de haber viajado durante casi siete días a bordo del pequeño yate Granma desde el puerto mexicano de Tuxpan.
El grupo de Fidel y Raúl sumaban siete fusiles, suficientes para que el Comandante en Jefe considerara ganada la guerra. Solo el optimismo, la firme convicción en la lucha iniciada y la confianza en el triunfo hicieron posible que el naciente Ejército Rebelde se consolidara, y poco a poco ganara combates y el reconocimiento del pueblo.
Cinco Palmas es un sitio de gran trascendencia histórica en Cuba ya que fue donde se produjo el reencuentro, el 18 de diciembre de 1956, entre Fidel y Raúl Castro, y otros expedicionarios del yate Granma, tras haber estado transitando por distintos lugares de la entonces provincia de Oriente en diciembre de 1956.

El desembarco se produjo por cerca de la Playa Las Coloradas en el municipio de Niquero, en la actual provincia Granma. Tres días después los combatientes rebeldes fueron atacados en forma sorpresiva por soldados de la dictadura batistiana en la zona de Alegría de Pío. Esto provocó la dispersión de los expedicionarios. Algunos resultaron localizados y capturados en los días siguientes y fueron asesinados.
Sólo un número reducido de ellos con el apoyo de los campesinos pudieron eludir la persecución de los soldados de la tiranía y dirigirse hacia la zona montañosa.
El 18 de diciembre pudieron reencontrarse en Cinco Palmas, Fidel y Raúl Castro y otros expedicionarios.
A pesar que eran un número muy reducido y con muy pocas armas mantuvieron su determinación de proseguir la lucha y ratificaron su confianza que lograrían vencer todos los obstáculos y alcanzar la victoria.
Cinco Palmas, y lo que ocurrió allí, en ese encuentro de los pocos combatientes rebeldes encabezados respectivamente por Fidel y Raúl que eludieron a los soldados de la dictadura e internarse en la zona montañosa de la entonces provincia de Oriente, fue, es y será un símbolo.
En diciembre de 1975 en el Informe Central presentado ante los participantes en el primer congreso del Partido Comunista de Cuba, Fidel expuso:
Con siete armas se inició de nuevo la contienda en la Sierra Maestra y al cabo de dos años el ejército de la tiranía, supuestamente invencible, había sido liquidado y el pueblo victorioso empuñaba los 80 mil fusiles que un día se esgrimieron contra la nación.

Ese día, en Cinco Palmas, Fidel ratificó su determinación de proseguir la lucha, aún en medio de una situación extremadamente crítica. Fue esa la actitud que se hizo patente durante los dos años que duró la guerra hasta que se produjo la destrucción del régimen dictatorial. Y ha sido la premisa que se ha mantenido durante el proceso revolucionario cubano.
Por muy difícil que pueda parecer la situación siempre ha primado la voluntad del pueblo de seguir adelante y propiciar el desarrollo y defensa de la Revolución.
