Los entrenadores Ronaldo Veitía (femenino) y Justo Noda (masculino), a cargo de los colectivos de esta disciplina, con toda seguridad aparecen entre los más felices integrantes de la delegación cubana a la cita olímpica de Beijing.

Cuando el judo finalizó hoy las actuaciones en las 14 divisiones comprendidas en el programa olímpico, las muchachas sumaban seis medallas en total (tres de plata y otras tantas de bronce) para mejorar la actuación de Atenas, Grecia (2004), donde las conquistas abarcaron un metal plateado y cinco bronceados.

Entonces, los hombres marcaron la cruz por intermedio de Yordanis Arencibia, quien ahora repitió en la misma división de 66 kilogramos, pero, además tuvo el aporte de su coequipero Oscar Breison (división más de 100).

Breison estuvo a un paso de pasar a las finales, tras llevar ventaja de Koka a diez segundo del combate frente al uzbeco Abdullo Tangriev, capaz de aprovechar una imprecisión del criollo para derrotarlo por Ippón.

Dentro de la escuadra liderada por Veitía cabe señalar que la cosecha pudo incluir tal vez un título a la cuenta de Yannelis Castillo (78), perjudicada por los árbitros actuantes en el pleito final contra la anfitriona Yang Xiuli.

En la jornada del cierre, la joven pinareña Idalis Ortiz (más de 78) luchó hasta el desgaste en los cinco combates celebrados y el premio al esfuerzo lo recibió con notable presea de bronce, con apenas 18 años de edad.

Todos regresarán mañana muy felices y serán recibidos como verdaderos héroes, pues el nivel de calidad del torneo fue superior a cuantos le antecedieron.