Yordanis Simón

Bombardero del béisbol

Por: Yunel Hernández Batista.

Llegó al béisbol sin haber transitado por ninguna de las escuelas de la llamada pirámide del alto rendimiento deportivo, salió de los campos de pelota en su barrio El Dorado, cercano a la ciudad de Bayamo, a unos 750 kilómetros al sur de la capital cubana.

22 series nacionales han transcurrido desde el debut de Yordanis Samón Matamoros, en el estadio Mártires de Barbados con la franela de los Alazanes de Granma y hoy con más de 2 mil 400 jit, es el tercer bateador que más imparables ha conectado en la pelota cubana, solo por detrás de Frederich Cepeda y Danel Castro.

Representa el sacrificio de muchos años, no solo mío, de mi familia y de los equipos por donde he pasado, también y le agradezco al profesor ángel Ortega, mánager de Granma que habló conmigo para ver si los podía ayudar por la lesión de un gran jugador como Guillermo Avilés…Yo accedí porque tengo un niño allá que también juega pelota y me quería ver jugar.

Con la voz cortada por la emoción, narra que le es difícil jugar beisbol en estos momentos.

Uno pasa situaciones en la vida que son incomodas, hoy tengo a mi papá enfermo y se me hace difícil jugar y el beisbol es el que me saca de muchas cosas y donde no pretendo todavía llegar a ser el primero en jit en la pelota cubana pues se trata de una gran competencia con un gran atleta de la talla de Frederich Cepeda.

Sería un gran mérito para mí si el beisbol y Dios me lo permiten, estar al lado de él luchando por ser el primero en dobles, en jit y en carreras impulsadas.

Bautizado como el Bombardero del dorado, Yordanis Samón Matamoros, después de jugar con los cocodrilos de Matanzas, Industriales y los Toros de Camagüey, retorna a Granma en calidad de refuerzo.

Ha sido esta tercera liga élite para este atleta quizá el retorno a la génesis.

Para mí el Mártires de Barbados es mi casa, me sé cada piedra o cada yerba que tiene ese terreno, donde muchas personas confiaron en mí…Yo no sabía hacer ni un boleo, ni como girar una pierna, pero muchos entrenadores trabajaron conmigo, Carlos Martí me ayudó.

Demoré un poquito porque no traía ningún recorrido, no era un pelotero conocido, solo tenía mi esfuerzo y mi empeño por jugar, mis primos y mis tíos también juegan beisbol y eso lo traigo en la sangre y hoy le agradezco a muchas personas en Granma por tener hoy este resultado.

Escuchando las palabras de este pelotero, aferrado a su naturaleza de guajiro, bien vale preguntarse si se queda en Granma o retorna al Camagüey que le ha acogido desde hace varias campañas.

Granma es mi gran equipo, el que me hizo, pero ya radico en Camagüey y mi carrera será ahí para tratar de ayudar a que el equipo pueda estar en los lugares cimeros y si no se puede estaré con cualquier otro como refuerzo como mismo ahora estoy con Granma.

Finalmente, volvemos al tema inicial de nuestra conversación, la lucha encarnizada y hermanada junto a Frederich Cepeda por ser el que más jit conecta en la historia de la pelota cubana.

Una gran persona, creo que es mejor persona que atleta, fíjate la magnitud que tiene él como atleta y como persona y estaremos ahí hasta el final…Aunque creo que al final él tendrá que ceder porque creo que yo tengo una gran forma, pero estaremos ahí hasta el final.

Una sonrisa picaresca selló el dialogo con este hombre temerario en el cajón de bateo, sin un estilo llamativo jugando pelota pero triturador de lanzadores.

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