Quedamos en abordar la guerra comunicacional contra Venezuela, esa que precede a la guerra militar: lo que militarmente se conoce como ablandamiento.
A manera de provocación traemos a debate hoy un fragmento bastante extenso del podcast de Willian Castillo en La IguanaTV. Aquí conversa con una influencer bolivariana: Oriente Ortiz sobre la campaña de los supuestos carteles de Los Soles o El Tren de Aragua.
Cualquiera que haya pasado una temporada relativamente larga en Venezuela en los últimos 26 años, puede decir como dijo recientemente un diputado de la oposición que sí se integró a la Asamblea Nacional: «Estamos viviendo un Deja vu». Es decir, se están repitiendo al pie de la letra los métodos usados primero contra Chávez y luego contra Maduro un año sí y el otro también: acusaciones constantes, descalificaciones permanentes e incluso amenaza de invasión, destaca en el intercambio la periodista Bárbara Betancourt.
Agrega la experta que esos barcos hacia el sur del Caribe ya los vimos, ya oímos a Jaime Bayli desde Miami, a Fernando Rincón en CNN e incluso a Carmen Aristegui que sigue usando las etiquetas más descalificadoras para referirse al gobierno de Maduro como dictadura.
Y todo sin una sola prueba. Como dice la entrevistada de Willian: montas la leyenda del cartel de Aragua, pero Venezuela logra regresar a esos jóvenes encerrados en la CECOT de El Salvador y entonces sacan de los archivos la leyenda de Los Soles, una leyenda que, por cierto, empezaron a crear desde los tiempos del Comandante Chávez. Y quienes reciben titulares y cortos de video y todo tipo de campaña mediática y no conoce cómo operan estos laboratorios de desinformación, van a dudar.

La suerte es que también la Revolución Bolivariana ha ido construyendo un ejército de comunicadores, youtubers y otros que saben desmontar esas narrativas y son muy activos en las redes.
Al respecto, Reinier Duardo comenta que, en el audio radiado, la youtuber recuerda cómo se desinfló lo del cartel de Aragua en cuanto regresaron al país los detenidos en CECOT. Entonces se desempolvó la leyenda de Los Soles y se le subió el precio a quien entregue a Maduro. Es un plan macabro, incitando a los venezolanos a venderse, aseveró.
Y hay la otra parte que señalaba Willian Castillo: Sí, es una campaña que busca desatar una paranoia colectiva, sacar a la gente común de su actividad diaria y al país en general de sus actividades productivas, sociales, políticas. Pero no se pueden desestimar: sí, hay barcos militares muy cerca de Venezuela, sí es real la amenaza.
Igualmente, no se puede desestimar ningún tipo de amenaza porque esa guerra sostenida en más de dos décadas de agresión mediática tiene un propósito al que nunca han renunciado: acabar con Maduro y con la independencia venezolana para devolver a ese país hermana a los intereses americanos. Como eso les resultaría sumamente costoso e inútil a la larga, juegan el juego de la desinformación, del asesinato de reputaciones, de quebrar la alianza cívico militar que ha resultado clave en la resistencia de estos 26 años de guerra sucia.
Para ser más claro: entender que se trata de una maniobra de uso común en las guerras: primero el balón de ensayo a ver cómo reaccionan los militares y el pueblo y si vieran terreno fértil para ello, elevar los ataques comunicacionales para debilitar al enemigo antes de atacarlo directamente.
En tanto Arleen Rodríguez resalta que se le debía a la audiencia este insulto a militares venezolanos que trasmitió en redes el impresentable de Marco Rubio:
Continúa su comentario Arleen ponderando que tampoco dejaría fuera la gravedad del momento que vive la administración Trump. O como diría Paquito, (periodista Francisco Rodríguez Cruz) en un post en Facebook:
Por supuesto que el gran leitmotiv es el gran privilegio de Venezuela que Estados Unidos necesita y ambiciona: el petróleo que usaba como propio antes de llegar Chávez a la presidencia. Y lo peor es que cree que le pertenece porque está en lo que ellos llaman con desprecio «el patio trasero”.
Escuche y descargue el podcast de manera íntegra.