El
desarrollo de las ciencias en Cuba fue una de las tareas asumidas
por el Gobierno Revolucionario como parte de una estrategia
trazada por sus principales líderes.
Al
Comandante Ernesto Che Guevara, quien desde 1961 asumió
la responsabilidad de dirigir el Ministerio de Industrias,
le correspondió desempeñar un rol esencial en
la creación de centros científico–técnicos
de relevante importancia.
Por
ejemplo, en 1963, el Che fundó el Instituto
Cubano de Investigaciones de la Caña de Azúcar,
ICIDCA, que aún contribuye a ampliar las innumerables
perspectivas de los derivados de esa planta directamente asociada
con la principal industria cubana.
Precisamente
en una reunión de análisis de las líneas
de trabajo de ese instituto, celebrada en 1964, el Che destacó
el punto en que debía hacerse hincapié para
contribuir al desarrollo de la entidad.
“El
futuro del ICIDCA está en el énfasis cada vez
más creciente de los procesos de fermentaciones que
puedan permitirle al instituto tener una tecnología
avanzada en ese aspecto”.
En
los años que estuvo al frente del Ministerio de Industrias,
el Che siempre se preocupó por llevar a la práctica
las ideas que tenía en cuanto al papel que debía
desempeñar la ciencia en el desarrollo económico
y social del país.
Para
el Che lo más importante era crear una ciencia propia
con tecnología y materias primas nacionales y con la
implantación además de los sistemas de normalización,
metrología y control de la calidad.
Precisamente
acerca de ese aspecto el Che señaló en una de
sus intervenciones:
“Debemos prepararnos para desarrollar tecnologías
que nazcan de las condiciones de nuestro suelo, de nuestra
materia prima, de nuestro ambiente cultural y de nuestro desarrollo
actual para dar al mercado cubano y al mundial los productos
de nuestro suelo, elaborados hasta el máximo permitido
por la técnica”.
Igualmente,
el Che vislumbró muchos avances que hoy se perciben
en la principal industria cubana, sobre todo los relacionados
con los derivados de la caña que, como bien él
señalara, son tan importantes como el propio azúcar
que de ella sale.
El Che previó cómo los derivados de la caña
de azúcar constituirían el inicio del desarrollo
de la industria química en Cuba.
Con
la diversificación de la agroindustria, que ha llegado
a convertirse en uno de los principales programas de la nación,
los planteamientos formulados por el Che han quedado demostrados
en nuestros días.
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