Un llamado a articular todo el potencial de conocimiento y de proyectos que existen en el país, en torno a la inserción de Cuba en el mercado de carbono, fue hecho este martes por el Primer Secretario del Comité Central del Partido y Presidente de la República Miguel Díaz-Canel Bermúdez, durante la última sesión del Consejo Nacional de Innovación (CNI), correspondiente al año 2025.
El Jefe de Estado recordó que este tema es evaluado en el CNI «a partir un grupo de preocupaciones y necesidades que tenemos para enfrentar algunas de las problemáticas del país».
Díaz-Canel subrayó que se ha producido una búsqueda, una actualización, tomando como referencia el estado del arte en el mundo; pero «también hemos encontrado que había personas en Cuba que conocían del mercado de carbono, y de hecho hay organismos que han accionado en determinados ámbitos buscando también las posibilidades del mercado de carbono. Lo que falta es articularlos».

Al estado actual y proyecciones futuras del mercado de carbono en Cuba se refirieron las intervenciones de empresarios, académicos y científicos que confluyen en este espacio de diálogo.
En el nuevo encuentro de este órgano consultivo del Estado, presidido por el mandatario cubano; Rudy Montero Mata, viceministro primero del ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente (CITMA) recordó que, por indicación del Consejo de Ministros, el pasado 25 de febrero se aprobó el inicio del proceso de inserción de Cuba en los mercados internacionales de carbono.

El vice titular del CITMA señaló que, según el último reporte del Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente sobre las brechas y emisiones, publicado el pasado 4 de noviembre del 2025, las emisiones globales de gases de efecto invernadero mantienen un incremento sostenido respecto a sus niveles de referencia, según consenso de la Convención Marco de Naciones Unidas para el Cambio Climático.
«El mercado de carbono es una herramienta dentro de la caja de herramientas que compone la financiación climática para la mitigación, con una contribución estimada entre el 5 y el 10% de la reducción necesaria».
Montero Mata afirmó que «en el contexto cubano no cabe duda de que hay una voluntad política y compromiso declarados en el marco de la Tarea Vida. Se reconoce en cada uno de estos instrumentos de políticas principales, el mercado de carbono como una de las herramientas de los mecanismos de financiación climática para la implementación de estos compromisos».

Más adelante, Elaine Moreno Carnet, en representación del ministerio de Energía y Minas, trasmitió las experiencias y perspectivas de ese organismo de la Administración Central del Estado, con créditos de carbono. La especialista argumentó que existen grandes potencialidades en el sector para el desarrollo de proyectos de este tipo.
De igual manera, consideró que la gestión de inversiones para la transición energética, desde la innovación financiera, es vital para el desarrollo de proyectos en esta materia.
Moreno Carnet puntualizó que en este contexto, el ministerio de Energía y Minas, de conjunto con el CITMA y las demás organizaciones que han trabajado en este proyecto, decidió avanzar, «toda vez que tenemos en el contexto nacional un alto déficit de energía, que es importante mitigar lo más rápido posible; una estrategia nacional para la transición energética en nuestro país, que como parte de la misma se instalan 2.000 megawatts de energía solar fotovoltaica, que es una fuente importante de créditos de carbono».


Y esta estrategia -acotó- considera un eje económico y financiero que está destinado a generar mecanismos y modelos de negocios que permitan acelerar estas inversiones, para no solo mitigar el déficit de energía, sino avanzar en las metas previstas en la estrategia nacional.
En el intercambio, realizado como es habitual en el Palacio de la Revolución, Telce González Morera, viceministro de la Agricultura, se refirió a la participación del sector agropecuario y forestal en el mercado de carbono.
En ese sentido, valoró que no solo es una herramienta clave para enfrentar el cambio climático, creando un ciclo virtuoso entre la productividad y la protección ambiental; sino también, constituye una vía para atraer financiamientos e inversiones, promover desarrollo rural sostenible, innovación y equidad.

Sin embargo, se requiere de Políticas Públicas robustas y Marcos Normativos claros que promuevan mecanismos y flujos financieros adecuados, las líneas fundamentales para la negociación, la distribución de los beneficios, y todo aquello que ordene y favorezca la participación de Cuba en los mercados de carbono.
Con sus acertados comentarios sobre estos temas, Carlos César Torres Páez, Director del Centro de Estudios de Dirección, Desarrollo Local, Turismo y Cooperativismo (CE-GESTA), de la Universidad de Pinar del Río «Hermanos Saíz Montes de Oca», aseveró que «para Cuba, insertarse en este mercado no es solo una opción de política climática».
El Doctor en Ciencias recalcó que «en este escenario de doble condicionamiento ambiental y económico, los mecanismos de financiación climática y, en particular, los mercados de carbono establecidos bajo el artículo 6 del Acuerdo de París, deben ser entendidos no como una mera transacción comercial o un simple instrumento ambiental, sino como una potencial herramienta de política económica y desarrollo».

El académico dijo que «representa la oportunidad de convertir nuestros compromisos climáticos como la Tarea Vida y las contribuciones nacionalmente determinadas, en activos financieros transables».
«En un contexto de restricciones financieras externas severas, esta vía ofrece un canal para movilizar capital internacional hacia sectores claves, como, por ejemplo, la energía renovable, la gestión forestal sostenible, la producción sostenible de alimentos y la conservación de ecosistemas costeros, alineando la protección de nuestro patrimonio natural con la imperiosa necesidad de crecimiento económico y bienestar».
Como se explicó en el amplio debate, Cuba cuenta con potencialidades que la posicionan favorablemente para participar en los mercados internacionales de carbono: su capital natural y las políticas estatales de largo plazo. Al respecto, el miembro del Buró Político y primer Ministro Manuel Marrero Cruz insistió en la importancia de que se preparen proyectos desde diferentes sectores, que estas ideas se socialicen con los empresarios y que se elaboren propuestas que aporten a las estrategias de desarrollo de las entidades del país.
El pasado 19 de septiembre fue publicada, en la Gaceta Oficial Ordinaria número 77, la Resolución 106 del Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente, que marcó el inicio de la inserción progresiva de Cuba en los llamados mercados de carbono.

En esencia, se trata de un sistema que permite a los países trabajar unidos para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y enfrentar el cambio climático global de una manera más eficiente, creando incentivos económicos.
Ante la pregunta: ¿Para qué el mercado de carbono en Cuba? La respuesta está en los debates del más reciente Consejo Nacional de Innovación: es una oportunidad para el desarrollo económico y sostenible del país.
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