Cuba fortalece su soberanía alimentaria con ciencia e innovación 

Desde su creación en 2019, el Programa Sectorial de Alimento Humano —dirigido por el Ministerio de Agricultura y gestionado por el Instituto de Investigaciones de Granos— se ha consolidado como una herramienta clave para garantizar el acceso a alimentos seguros, sostenibles y de calidad en Cuba. Daisbel Toledo Díaz, jefe del programa sectorial de alimento humano explica que su propósito esencial es transformar el modelo productivo agroalimentario mediante la transferencia de resultados científico-técnicos, la innovación tecnológica y el uso racional de los recursos naturales, con énfasis en la sustitución de importaciones y la generación de exportaciones. 

«El programa articula transversalmente todo el sistema agropecuario cubano, conectando programas agrícolas, ganaderos e industriales, así como líneas estratégicas como la mecanización, el riego, el extensionismo agrario y el uso de bioproductos», afirmó a la vez que comenta que en 2025, trabajan con 37 proyectos activos desarrollados por instituciones científicas del Ministerio de Agricultura y del Ministerio de Educación Superior.

Al respecto consideró que estas iniciativas abarcan desde la producción de granos, viandas, frutas y hortalizas, hasta programas ganaderos como el porcino, avícola y bovino.

Los proyectos tienen una duración de tres a cuatro años y son financiados a través del presupuesto estatal, mediante una planificación anual que se integra al plan general del Ministerio de Agricultura y se coordina con el Ministerio de Economía y Planificación.

Según explicó Daisbel Toledo Díaz, jefe del programa, “ya hemos tenido varios años de trabajo e implementación de proyectos, y hemos obtenido resultados muy valiosos que han aportado al sistema agrícola y a la producción de alimentos en el país”. 

Entre los principales logros alcanzados en 2024 se encuentran la caracterización de tenentes de tierras vinculados al usufructo, la evaluación de sistemas agroproductivos en empresas agropecuarias, el mejoramiento genético de cultivares de arroz, maíz y sorgo, el estudio de suelos para producción sostenible de hortalizas, el desarrollo de técnicas para la multiplicación de semillas, la implementación de sistemas de fitomejoramiento participativo, la selección de progenitores de viandas para consumo humano y animal, y la introducción de cultivares de trigo adaptados a condiciones tropicales.

También se han validado nuevos cultivares de granos, hortalizas, viandas y frutales, se han evaluado tecnologías de riego y biofertilizantes, y se ha trabajado en el mejoramiento genético de rebaños ganaderos y aves para mayor producción de leche, carne y huevos.

Uno de los retos actuales del programa es fortalecer el sistema de gestión de la calidad, la inocuidad y la nutrición de los alimentos en todos los eslabones de la cadena de valor.

Nuestros alimentos deben tener mayor calidad, mayor inocuidad y ser más nutricionales para la alimentación del pueblo cubano. Ese es uno de los objetivos que queremos desarrollar con más fuerza en el futuro.

Para ello, el programa ha abierto nuevas vías de financiamiento, incluyendo la colaboración internacional.

Ya contamos con una cartera de proyectos que tienen contraparte extranjera y recibirán financiamiento internacional, lo cual contribuirá a su sostenibilidad y desarrollo. Es una oportunidad que estamos dando a proyectos que busquen alternativas de financiamiento para apoyar más la soberanía alimentaria del país.

Para finalizar, asevera que el Programa Sectorial de Alimento Humano representa una apuesta estratégica por la articulación entre ciencia, innovación y políticas públicas, que contribuyan al desarrollo de la soberanía alimentaria nacional.

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