En un gesto cargado de simbolismo que trasciende el protocolo, el primer ministro de Vietnam, Pham Minh Chinh, se unió al presidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, en un encuentro con empresarios de su país, donde realizó un emotivo y enérgico llamamiento a acelerar y concretar la cooperación económica bilateral, para ello apeló a las relaciones históricas y a la solidaridad inquebrantable entre ambas naciones socialistas.
El encuentro, que formaba parte de la agenda del mandatario cubano con la comunidad empresarial
vietnamita en sus últimas horas en la nación indochina, adquirió una dimensión especial con la inesperada presencia del jefe de Gobierno, quien había sostenido ya una reunión oficial con Díaz-Canel en la mañana.
Escuche el reporte radial:
«Por Cuba, estamos dispuestos a dar todo nuestro esfuerzo»
Desde el primer momento, Pham Minh Chinh estableció un paralelismo histórico entre la situación
actual de Cuba y la que vivió Vietnam hace décadas. Con una cita poderosa que evocó la legendaria
solidaridad del líder cubano Fidel Castro, el primer ministro enmarcó el momento actual:
“Si el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz aseguró en los difíciles momentos que vivía nuestro país,
‘que por Vietnam, Cuba estaba dispuesta a dar hasta su propia sangre’, nosotros tenemos que decir hoy,
en los momentos difíciles que atraviesa Cuba, ‘que por Cuba, estamos dispuestos a dar todo nuestro
esfuerzo, toda nuestra solidaridad’”, expresó.
Manifestó su confianza en que Cuba superará sus desafíos, tal como lo hizo Vietnam, “con la ayuda de
los amigos del mundo”, pero fue más allá al señalar el papel crucial del sector empresarial: “nuestras
empresas tienen que ser pioneras en esta colaboración… tienen que tomar acciones; porque con todo
su conocimiento, con toda su sabiduría, pueden ayudar a los cubanos”.
Cinco ejes para una cooperación acelerada
El dirigente vietnamita no se limitó a un llamado general, sino que desglosó cinco ideas concretas para
impulsar la colaboración económica.
Instó a los empresarios a comprender la realidad cubana actual comparándola con la de Vietnam pre-
Doi Moi (Renovación), recordó los 30 años de bloqueo y la devastación de la guerra que su país superó
con ayuda externa, incluida la de una Cuba “geográficamente lejana” que aportó “estímulo y aliento”.
Planteó como prioridad el reforzamiento de la cooperación agrícola, con el objetivo a corto plazo de que
Cuba se autoabastezca de arroz, replicando el éxito vietnamita que pasó de importador a exportador.
También extendió el objetivo a frutales, producción de carne, leche y acuicultura.
Se pronunció por favorecer que empresarios inviertan en sectores de punta, como la biotecnología, la
producción de vacunas y otros farmacéuticos por la capacidad de la Isla en este ámbito y citó como
ejemplo positivo la nueva empresa mixta Genfarma.
Abogó por encontrar los mejores mecanismos financieros y comerciales para que la colaboración
funcione bajo el principio de “riesgos compartidos y ganancias compartidas”.
Enfatizó que, más allá de las políticas y normativas adoptadas por ambos gobiernos, son los empresarios
los que deben “apoyar estas políticas, los que tienen que ejecutarlas” con todo el sentimiento y los
ideales compartidos, pero de forma efectiva y por el camino más corto.

Foto: Presidencia Cuba.
La perspectiva cubana: Reconocimiento y oportunidades
Por su parte, el Ministro de Comercio Exterior y la Inversión Extranjera de Cuba (Mincex), Oscar Pérez-
Oliva Fraga, reconoció los avances bilaterales tras la reciente visita a La Habana del Secretario General
del Partido Comunista de Vietnam, To Lam.
Sin embargo, admitió que “no estamos satisfechos con lo logrado”, citó dificultades persistentes como la
crisis financiera, energética y de combustibles que afectan incluso a negocios vietnamitas establecidos
en la Isla.
Ponderó los acuerdos de la 42ª Sesión de la Comisión Intergubernamental para 2025-2026 y subrayó el
valor de la “presencia activa y creciente” del empresariado vietnamita en sectores clave de la economía
cubana.
El presidente Miguel Díaz-Canel, por su parte, informó que el tema de las empresas vietnamitas en Cuba
fue tratado en todos sus encuentros con la dirigencia del país.
Destacó su contribución en energías renovables y producción de alimentos, áreas alineadas con el Plan
de Desarrollo hasta 2030.
El mandatario cubano expuso un amplio grupo de oportunidades de negocio y ratificó que “las puertas
de Cuba siempre estarán abiertas para los vietnamitas”.
Finalmente, exhortó a trabajar intensamente para que, en el marco del 65 aniversario de relaciones
diplomáticas, los vínculos económicos y comerciales se eleven al mismo nivel de las “excelentes
relaciones políticas” que mantienen ambos países.
El encuentro contó con la presencia de empresarios vietnamitas de sectores como la construcción, el
comercio, el turismo, la biotecnología y la industria alimentaria, una muestra de la voluntad bilateral de
llevar una amistad histórica en resultados económicos tangibles y perdurables.
Al término del encuentro con empresarios vietnamitas, el jefe de Estado sostuvo un acucioso diálogo
con el personal de la embajada cubana en Vietnam, donde compartió los resultados de su visita oficial y
delineó la «alta responsabilidad» que tienen los diplomáticos para dar seguimiento a los acuerdos.
En un discurso franco y emotivo, el mandatario cubano relató las muestras de afecto espontáneo del
pueblo vietnamita hacia Cuba, que pudo observar durante las conmemoraciones de un aniversario
patrio.
El núcleo del discurso se centró en la actualización del modelo de cooperación económica bilateral. Díaz-
Canel explicó que se ha impulsado un nuevo enfoque basado en proyectos de inversión sostenibles y
mutuamente beneficiosos.
Como ejemplo del éxito de este nuevo modelo, destacó proyectos en el sector agrícola que han logrado
rendimientos récord en la producción de arroz y que se manejan de manera eficiente. Subrayó que estos
negocios demuestran la viabilidad de la cooperación bajo estos nuevos principios.
También se refirió a avances significativos en el sector energético, donde se han establecido
mecanismos para desarrollar proyectos que benefician a ambas naciones.
Díaz-Canel no eludió el difícil contexto económico que vive Cuba, agravado por un «bloqueo
recrudecido», una población envejecida y un sistema electroenergético bajo presión. Ante estas
adversidades, valoró el apoyo de la actual dirección vietnamita, que hereda un sentimiento de gratitud
por el respaldo cubano durante su guerra de liberación.
«Ellos sienten ahora que han tenido prosperidad (…) que tienen un compromiso, que tienen una gratitud
que implica la ayuda a Cuba en las condiciones actuales, compartir sus experiencias», afirmó.
Apuntó que los vietnamitas comparten sus lecciones de desarrollo «de manera muy honesta».
La visita, a juicio del presidente, marca un «hito» en las relaciones bilaterales y sienta las bases para una
cooperación económica más madura y eficiente, con vistas a fortalecer una alianza fraternal que cumple
65 años.