Sábado, 25 de Marzo de 2023

Excepciones que confirman la regla

2021-11-14 07:36:32 / web.radiorebelde@icrt.cu / José Miguel Solís Díaz


José Ángel Dávila Martell junto a su familia
Fotos del autor

Matanzas, Cuba.- Fue la caprichosa casualidad la que nos puso ante el doctor Enrique Prieto, Nefrólogo de primer Grado y quién insistía, como si fuese suyo, festejar por todo lo alto los 21 años de Ángel.

Mas, no fue tarea fácil acercarnos al paciente que frisa los 56 años y se mostraba reacio a tratar con la prensa.

Sin embargo, una simple conversación telefónica bastó para que accediera a visitarle en su hogar y, contrario a lo que imaginé; José Ángel Dávila se presenta como persona empática, plena de contagiosa energía positiva.

¿Ángel caído?

"Cuando en el habanero Instituto de Nefrología le explicaron que su vida dependía totalmente de diálisis y debía comenzar ya, Ángel sintió que el piso cedía bajo su peso y en caída libre, se precipitada al pantano de la oscuridad".

¿Todo acabaría así, como un simple chasquido de dedos?

"Fueron días de negación y pesar. Pero tenía de continuar, imagínese; vivíamos ocho en una pequeña casa, tenía a mis dos hijos muy niños aún y una esposa toda sostén y aliciente".

¿Y entonces?

"Enfrenté el reto. Era chofer de la empresa de Productos Lácteos, trabajaba durante la madrugada y en la tarde, sobre las 4, me dializaba. Y así fui construyendo a poco la casa.

Regresaba de diálisis y a la construcción. Y así estuve durante un año hasta que al fin, terminé y como para festejar; enfermé gravemente. Una bacteria se alojó en mi cuerpo y por poco me acaba en apenas cinco días. Pero ya ve, mejoré y llegó el momento del soñado trasplante.

Lo cierto es duró poco. Nuevamente la adversidad se interpuso y tras el rechazo tuve que recurrir nuevamente al tratamiento dialítico. Volvía a la rutina de tres diálisis semanales pero ahora, resuelto a enfrentar el reto de verdad: despedirme para siempre del añorado trasplante.

Ya antes me habían jubilado con tremendo regaño, porque como era paciente sujeto a diálisis, no debía trabajar y contra toda prescripción médica, me mantuve "indisciplinado" por poco más de un año. Y quiero que me entienda, pero mis hijos tenían necesidades y la casa, había que terminarla, a como fuese.

Seguí trabajando en lo que apareciese; vendiendo pizas, en una paladar de comprador, zapateando toda la ciudad en busca de insumos. Llegaba a la casa de madrugada para descansar unas horas y continuar.

Y créeme, no pensaba en mi enfermedad, tampoco me lo impedía físicamente; pero eso sí, siempre responsable con las diálisis y nada de espanto, porque el trabajo honrado, recompensa.

En verano sufro mucho porque sólo puedo beber a lo sumo litro y medio de agua en tres días. Naturalmente como no tengo riñones, no orino y llega el momento tras estos 21 años que los huesos se resienten y mi organismo se consume, pero aquí está José Ángel Dávila Martell".

¿El combustible para ser un luchador, un guerrero como insinúas?

El amor. A mi esposa que es insustituible, a mis hijos que les he visto crecer para bien, a mi familia entera

"El amor. A mi esposa que es insustituible, a mis hijos que les he visto crecer para bien, a mi familia entera y a los deseos de vivir, de desafiar los miedos y por supuesto, de agradecimiento a ese colectivo de enfermeras y médicos que demuestran esa dimensión humana difícil de explicar y que se torna empática cuando demuestras que eres un luchador sin tiempo para el pesar".

No sé qué tiempo me quede, ya sabes que estoy por encima del promedio mundial, pero las metas son para rebasarlas y pienso incrementar mi récord personal que, lo reitero; sin el apoyo y motivación de mi familia, sin la preocupación del personal de hemodiálisis del hospital Faustino Pérez de esta ciudad de Matanzas, no estuviésemos hablando.

"Quiero agradecer a mi mamá de hospital a la seño Fátima, que sin ella"...

Ángel escrutina la luminosa y húmeda mirada de aprobación de su esposa y continúa: "No creo que sea que la suerte me acompañara, es también la actitud ante la vida y ese deseo de saborearla, cuando se encuentran verdaderas motivaciones. Matanzas fue centro de la epidemia, la cosa se puso mala de verdad y aún así, habiendo perdido no menos de seis compañeros de diálisis, nunca se interrumpió nuestro ciclo".

Ángel en el hospital Faustino Pérez de Matanzas

"¿Sabes qué esfuerzo significa del personal médico y del sistema de salud?" Me pregunta Ángel.

"Tenía un taxi para ir y para regresar y uno termina aceptando que también tiene familia en el hospital, en ese colectivo al que le debo mucho. Si te digo una cosa, y eso lo he reforzado cada uno de los días durante estos 21 años como paciente de diálisis; la vida vale la pena vivirla y los retos son para enfrentarlos, esas son las motivaciones que te hacen más fuerte".

En manos de la ciencia.

Es el Doctor Enrique Prieto, especialista de primer grado en Nefrología, un tunero radicado en Matanzas; el autor intelectual del diálogo y no es de extrañar que llamara la atención sobre Ángel.

"Resulta que según los estudios más recientes, la incidencia de pacientes con Insuficiencia Renal Crónica, estadio 5 que requieren Hemodiálisis anualmente supera los 108 casos por millón de habitantes, lo que se traduce en más de 1 200 nuevos pacientes en Cuba, actualmente se cuentan más de 3 300 pacientes."

¿Y cuál sería la proyección más inmediata, tomando en cuenta las secuelas de la Covid-19?

Doctor Enrique Prieto, especialista de primer grado en Nefrología

"Se prevé que puedan duplicarse dada la repercusión de daño renal que produce la Covid-19. De hecho, nuestro país se prepara para atender a este grupo de pacientes tan vulnerables con un programa priorizado y sumamente costoso".

¿Qué tan costosa resulta una sesión de hemodiálisis?

"Aquí, en este hemisferio, por ejemplo; en los Estados Unidos, una sola sesión de Hemodiálisis ronda los 1 200 o 1 500 dólares. El costo de la Hemodiálisis en Cuba como se conoce la cubre el estado y se fija entre los 800 a 1 000 pesos".

¿Es común que Cuba exhiba pacientes con tanta sobre vida en Hemodiálisis?

"Referente a las expectativas de vida, las estadísticas fijan un promedio a nivel mundial de cinco años. Y es que influyen muchos factores de riesgos. En nuestro país se supera ese promedio y en nuestra provincia remonta los 7 años. Sin embargo, tenemos pacientes que cómo José Ángel con 21 años en Hemodiálisis supera por 4 veces la expectativa de vida a nivel mundial, un logro mayor. Pero tenemos muchos más que suman 17, 13, 11, 9, 8 y 7 años y un gran grupo entre 4 y 5 años de vida después de haber comenzado a dializarse, para un total aquí en Matanzas de 55 pacientes en régimen de hemodiálisis Iterada".

¿Y entonces Ángel es la excepción?

Te confesara, parodiando algo conocido, que Ángel y todo el sistema de salud; son las excepciones que confirman la regla.


COMENTARIOS

   Hiram Alfonso Salabert      Cuba

16.11.2021 - 5:49 am

Nadie calcula la,voluntad del hombre y mucho menos lo grande y fuerte que es el amor de TODOS LO QUE LO RODEAN. Eres un ejemplo de voluntariedad y de defensor de la vida. Todos estamos y estaremos siempre orgullosos de ti y muchísimo más agradecisimo de ese colectivo de salud que en estos 21 años ha estado contigo y tu familia al pie del cañón. TE QUEREMOS Y FELICIDADES.


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