La Habana de mis días

2010.05.12 - 13:01:51 / web.radiorebelde@icrt.cu / Teresa Valenzuela García

La Habana, Cuba.- Ciudad que pertenece a todos los que la aman; no la de otros tiempos, o la que está por venir, sino la Habana que se descubre todos los días. Maravilla recorrer sus calles desde la cotidianidad de las mañanas, el ajetreo de las tardes seguidas de sus mágicas noches.

Hay lugares de La Habana que reviven mis recuerdos. Mi hogar de niña en la calle Infanta donde viví feliz por muchos años, es uno de ellos; allí crecí y soñé, sin importarme el ruido ensordecedor de los carros, el constante pregón de los vendedores y el hollín negro que llegaba hasta el alto balcón de mi casa donde me asomaba a la vida de mi gente.

La Universidad de La Habana, con su eterna juventud, y su atmósfera de sabiduría, ensueño e historia que guardan los 88 escalones de la escalinata, donde el Alma Mater con los brazos abiertos no se cansa de dar la bienvenida a los visitantes.

Habana de cantores y poetas, de pueblo que trabaja. Entrañables sitios como el malecón, en infinita conversación con el mar que guarda celosamente  los secretos de amor de las parejas, El Vedado y su Rampa donde la refrescante brisa  traslada en el pensamiento a los sitios más añorados.

La Habana más antigua con sus calles de adoquines, edificios con diferentes estilos arquitectónicos, el Paseo del Prado y sus inmortales leones que parecen rugir todo el tiempo; parques y plazas que evocan el recuerdo de épocas y hombres que la engrandecieron desde su fundación hace 490 años.

Esquinas famosas como Prado y Neptuno, por la Engañadora, de la orquesta Aragón, San Lázaro e Infanta, y 23 y 12 donde se decidió el destino de un pueblo, y se dijo por primera vez la consigna Patria o Muerte al lado de Fidel.

La Habana es también su gente que trabaja y sueña utopías; somos nosotros mismos, los que siempre tenemos motivos para admirarla y hablar de ella.

La Giraldilla se yergue estilizada devenida con el tiempo símbolo y leyenda de mi Ciudad a quien descubrí poco a poco con la certeza de que vivir en ella ha sido lo mejor que me ha podido pasar.