Eddy Vives Pupo nació en Granma, y desde los 19 años vive con ceguera total. A pesar de este desafío, no solo ha superado las barreras personales, sino que también se ha convertido en un pilar fundamental para la educación de niños y jóvenes con discapacidad visual en su país, convirtiéndose en el único maestro de apoyo ciego en la Mayor de las Antillas.
Eddy comenzó su labor como maestro de apoyo en 2003, cuando el programa de maestros de apoyo aún no se formalizaba en Cuba. Desde entonces, ha trabajado incansablemente para acompañar a estudiantes con discapacidad visual desde sus primeras edades hasta su graduación universitaria.
Su trabajo no se limita al aula; también incluye la preparación de docentes, la creación de medios de enseñanza adaptados y el apoyo a las familias, quienes juegan un papel crucial en el proceso educativo de sus hijos.

En Cuba, existen solo 16 maestros de apoyo especializados en discapacidad visual, lo que hace que la labor de Eddy sea aún más valiosa, detalla Marta Pérez Puentes, metodóloga del Departamento de Enseñanza Especial en el Ministerio de Educación.
Y es que el quehacer de Eddy no sería posible sin el apoyo del Ministerio de Educación, en colaboración con la Asociación Nacional de Ciegos (ANCI), ya que de conjunto han establecido un sistema de trabajo que incluye reuniones mensuales e intercambios, en pos de fortalecer alianzas y garantizar la inclusión social de los estudiantes con discapacidad visual.
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Destaca, asimismo, que el maestro de apoyo es una figura clave en este proceso en los últimos años, ya que acompaña al estudiante desde las primeras edades hasta su inserción en la universidad o en la vida laboral, en el camino hacia una sociedad más justa e inclusiva para todos.
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