Las elecciones legislativas en la provincia de Buenos Aires, con cerca del 40% del electorado argentino, representaron un duro golpe para el presidente Javier Milei. Con el 96% de las mesas escrutadas, el frente peronista Fuerza Patria obtuvo el 47% de los votos, superando por más de 13 puntos a La Libertad Avanza, que alcanzó el 33,8%. Ni siquiera la alianza con el PRO, el partido del expresidente Mauricio Macri, logró revertir la tendencia, que dejó al oficialismo en una posición debilitada.

Desde su centro de campaña en La Plata, Milei reconoció la derrota: “Hoy hemos perdido y hay que asumirlo”, declaró. Sin embargo, reafirmó que no habrá cambios en la dirección del Gobierno: “No vamos a retroceder ni un milímetro, vamos a acelerar el rumbo”. También prometió corregir errores políticos para mejorar de cara a las elecciones nacionales de octubre.

Celebración peronista y mensaje de Cristina Kirchner
El gobernador Axel Kicillof celebró rodeado de dirigentes y candidatos peronistas, mientras se escuchaba un mensaje grabado de la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner, quien cumple arresto domiciliario por causas judiciales debido a supuestas acusaciones de corrupción. Kicillof lanzó una advertencia a Milei: “Las urnas pidieron un cambio. No se puede gobernar solo para los poderosos. Hay que gobernar para el pueblo”.

Consecuencias para el oficialismo
El resultado representa un fuerte revés para Milei, quien había convertido esta elección provincial en una cruzada nacional contra el kirchnerismo. Aunque intentó minimizar el impacto hablando de un “empate técnico” o una “derrota digna”, la diferencia fue clara. Ahora, todas las miradas se dirigen a las elecciones legislativas nacionales del 26 de octubre, donde se definirá el nuevo equilibrio de poder en el Congreso.
Una derrota marcada por fallos internos
La Libertad Avanza de Milei, no supo manejar el escándalo provocado por audios filtrados de un exfuncionario que denunciaba corrupción en la compra de medicamentos para personas con discapacidad. La figura de Karina Milei, hermana del presidente y pieza clave del Gobierno, quedó en el centro de la polémica. Días después, la filtración de conversaciones privadas suyas desató una crisis interna.

Este episodio afectó directamente la estructura del llamado poder libertario. Karina Milei, considerada indispensable en el gabinete, ahora carga con la responsabilidad de una campaña electoral fallida en el distrito más importante del país.
La oposición gana terreno
Con el Gobierno debilitado, la oposición aprovechó para avanzar en el Congreso. En pocos días, logró revertir el veto presidencial a una ley que aumentaba los fondos para personas con discapacidad y consiguió media sanción para limitar el uso de decretos presidenciales. Todo indica que la confrontación legislativa se intensificará.
La contundente derrota obliga al presidente a reconsiderar su enfoque, aunque no está claro cómo lo hará. Hasta ahora, ha mostrado escasa disposición al diálogo y un estilo confrontativo que dificulta la construcción de consensos. Su narrativa, marcada por una visión casi mesiánica de su rol -alimentada por la idea de una cruzada inspirada por “las fuerzas del cielo”-, parece chocar con las exigencias de gobernabilidad que se hacen cada vez más urgentes.