La novela cubana Cecilia Valdés es un testimonio profundo de una sociedad en contradicción consigo misma.

Encuentro: Cecilia Valdés, la novela que representa a Cuba

Cecilia Valdés, novela que escribiera Cirilo Villaverde, publicada inicialmente en 1839 y ampliada en 1882, es más que una novela del siglo XIX. Se trata de un testimonio profundo de una sociedad en contradicción consigo misma. Desde la primera lectura uno entiende por qué esta obra es una de las más importantes de la literatura cubana y latinoamericana.

En este nuevo episodio del podcast Encuentro, te propongo compartir acerca de esta obra de la literatura cubana. Además sobre la primera zarzuela que se le hizo mostrando los géneros musicales que ya formaban parte del cubano; así como la película inspirada en Cecilia Valdés.

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La fuerza narrativa de Villaverde: imágenes, sonidos y contrastes

Encuentro: Cecilia Valdés, la novela que representa a Cuba

Leer Cecilia Valdés es recorrer la Habana colonial con todos los sentidos. Villaverde describe calles empedradas, plazas bulliciosas y casas solariegas donde conviven la opulencia y la miseria.

En la novela se puede evocar a las ilustraciones de la época. Los grabados y dibujos del siglo XIX en los que se observan los contrastes entre la aristocracia criolla, con sus trajes europeos, y los grupos populares, mulatos y negros, sometidos a una realidad mucho más dura.

Además nos brinda un mapa de La Habana colonial. El autor con su descripción nos permite ubicarnos en la Plaza de Armas y transitar hasta el barrio de Jesús María, donde Cecilia y su abuela Doña Rosa sobreviven entre rumores, rivalidades y pasiones. Es un recorrido histórico que muestra cómo la ciudad misma era un personaje más en la novela.

De igual manera, Villaverde retrata con crudeza el sistema esclavista: los ingenios azucareros, las casas de los amos, los mercados de esclavos y la vida cotidiana de quienes sostenían la economía colonial. Contrasta estas escenas con los bailes de salón, los paseos en coche y las intrigas políticas de la clase alta.

“Cecilia Valdés”: La zarzuela de Gonzalo Roig que le dio voz musical a la identidad cubana

Encuentro: Cecilia Valdés, la novela que representa a Cuba

En 1932, casi un siglo después de que Cirilo Villaverde publicara la primera versión de su novela, Gonzalo Roig realizó uno de los actos más audaces y trascendentes de la cultura cubana: adaptó Cecilia Valdés en forma de zarzuela. Lo que en manos de Villaverde había sido un retrato literario de la sociedad colonial, en manos de Roig se transformó en una obra musical monumental, capaz de conmover, denunciar y, sobre todo, afirmar una identidad nacional en plena formación.

Hasta la década de 1930, la zarzuela —aunque muy popular en Cuba— seguía siendo un género importado, fuertemente marcado por la tradición española. Sus estructuras, ritmos y lenguajes musicales tenían más que ver con Madrid que con La Habana. Gonzalo Roig decidió romper esa barrera sin renunciar al formato: convertir la zarzuela en un vehículo auténtico de cubanidad.

Para lograrlo, Roig incorporó dentro de la arquitectura lírica española una serie de géneros profundamente cubanos:

• La habanera

Sensual, cadenciosa, perfecta para expresar los amores prohibidos y la atmósfera mestiza que rodea a Cecilia. Roig la utiliza para envolver al público en la elegancia melancólica de la época colonial.

• El danzón

Un género que ya era símbolo de refinamiento y modernidad en Cuba. En la zarzuela, el danzón sirve para marcar los contrastes entre clases sociales y ambientes, desde los bailes aristocráticos hasta las reuniones populares.

• El son

El ritmo más representativo del pueblo cubano entra por primera vez con fuerza en un escenario lírico. El son le da cuerpo a los personajes afrodescendientes, a la calle, al barrio, a la vida cotidiana. Es su manera de decir: la cultura cubana también es esta vibración rítmica.

Con esta combinación, Roig logró algo sin precedentes: fusionar la estructura europea con la esencia musical cubana, demostrando que la identidad nacional podía dialogar con lo universal sin perder autenticidad.

“Cecilia”: La visión cinematográfica de Humberto Solás que convirtió un clásico cubano en un espejo nacional

Encuentro: Cecilia Valdés, la novela que representa a Cuba

Cuando Humberto Solás estrenó Cecilia en 1982, no solo llevó a la gran pantalla una de las obras literarias más trascendentes de Cuba: entregó una película monumental, polémica, poética y profundamente política. Su versión de Cecilia Valdés no buscó simplemente adaptar la novela de Cirilo Villaverde, sino releerla, interpretarla y reconstruirla desde un lenguaje visual y dramático que revelara con crudeza las tensiones históricas, raciales y sociales de la Cuba colonial.

Humberto Solás, maestro del cine histórico cubano, construyó en Cecilia una atmósfera colonial envolvente. Su objetivo no era recrear fielmente la novela, sino interpretar la esencia cultural y política de la historia. Por ello eligió una estética barroca, cargada de simbolismos, ambientes opresivos y contrastes visuales.

• La ambientación colonial

Solás transforma las calles, salones y espacios abiertos en escenarios que respiran historia. Los interiores aristocráticos se muestran recargados, casi sofocantes; los barrios humildes están llenos de vida, música y tensión. El espectador siente el peso del sistema esclavista y la violencia silenciosa de la sociedad de castas.

• El enfoque dramático

A diferencia de la novela o de la zarzuela, la película se mueve entre lo realista y lo alegórico. Solás utiliza recursos teatrales—como miradas directas, movimientos coreografiados o composiciones plásticas—para expresar el conflicto interno de los personajes y su relación con un orden social brutal.

Los temas que se encuentran en esta novela es un reflejo de una sociedad cubana, que se puede ver diferente, pero en la que en cierta manera volvemos a encontrarnos y con los mismos conflictos. Cada personaje de ella, no sólo los principales, puede verse aun en siglo XIX por las calles de cada provincia. Me atrevo a decir que lo que aportó tanto la versión en zarzuela, como en el cine, nos permiten secundar la vigencia de Cecilia Valdés.

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