La seguridad ciudadana y la tranquilidad social están en el centro del debate en el nuevo episodio de “Hablemos a lo cortico”. Esta vez, el periodista de Juventud Rebelde, José Alejandro Rodríguez; el presidente de la Unión de Periodistas de Cuba, Ricardo Ronquillo; y el periodista del semanario Trabajadores, Gabino Manguela abordan un fenómeno que preocupa a toda Cuba: el aumento de hechos vandálicos y delitos que afectan infraestructuras clave y la vida cotidiana de la población.
El episodio comienza con la noticia de una reciente decisión del Tribunal Supremo: catalogar como sabotaje los daños a servicios públicos esenciales, desde el transporte hasta las telecomunicaciones. Los interlocutores analizan cómo estos actos, más allá de los daños materiales, ponen en riesgo la vida de las personas y generan un clima de inseguridad que golpea a la sociedad cubana en uno de sus momentos más complejos.
No se trata solo de indisciplina social, advierten los conductores; detrás de muchos de estos hechos hay una intencionalidad que busca desestabilizar y sembrar el caos. Los periodistas subrayan la importancia de distinguir entre accidentes y delitos premeditados, y llaman a una política penal que responda con firmeza pero también con inteligencia y sensibilidad a las nuevas realidades del país.
El equipo del programa “Hablemos a lo cortico” reflexiona sobre el impacto social de estos delitos que van desde el miedo de los pasajeros ante ataques a ómnibus y trenes, hasta la preocupación por la seguridad en las calles y en los hogares. La crisis económica, los apagones y la tensión diaria son el caldo de cultivo para el oportunismo y la violencia, pero también para la indignación de una ciudadanía que exige protección y justicia.
¿Cómo debe actuar la política penal en un contexto tan delicado? ¿Hasta dónde debe llegar el humanismo del sistema legal cubano sin caer en la impunidad?
“Hablemos a lo cortico” invita a mirar la realidad con todos sus matices, sin caer en extremos, pero sin perder de vista la urgencia de preservar la paz social. En tiempos de crisis, la seguridad de las personas se convierte en un valor irrenunciable, y este episodio lo deja claro desde el primer minuto.
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