El himno nacional es un orgullo para todos los cubanos. Se aprende a valorar desde los matutinos cuando se entona a diario en las escuelas e involucra hasta los transeúntes que pasan por los alrededores de la institución docente que al escucharlo se detienen en señal de respeto.
También en las escuelas se les enseña la letra a los niños, así como su entonación y forma de cantar.
Vibra de emoción cuerpo y mente desde que se entonan las primeras notas: “al combate corred bayameses que la Patria os contempla orgullosa, no temáis una muerte gloriosa que morir por la Patria es vivir”.
Han transcurrido 157 años y el himno sigue identificando a los cubanos y a la cultura en toda su máxima expresión por ser representativa de esa firmeza probada en la defensa la tierra amada, porque atesora valores como la dignidad y resume en sí un amplio universo de experiencias, saberes y costumbres, que nos diferencia de otros.
La música de nuestro Himno Nacional fue compuesta por Perucho Figueredo en la madrugada del 13 al 14 de agosto de 1867.
Un artículo publicado recientemente señala, además, que: “el himno siempre ha estado presente en la vida de los cubanos, en momentos de alegrías y tristezas, ante los triunfos y ante los momentos de emprendimientos de batallas y es hoy ese influjo que en cada amanecer nos alienta a continuar”.
La historia así lo recoge: “fue interpretado por primera vez en público en las fiestas religiosas del Corpus Christie el 11 de junio de 1868, en presencia del Gobernador Militar de la Plaza, coronel Julián Udaeta”.
La marcha fue ejecutada dentro de la iglesia, bajo la intensa emoción patriótica de los revolucionarios que salieron detrás de la banda en procesión.

El coronel Udaeta comprendió enseguida que se trataba de un himno guerrero, y esa misma noche hizo llamar a su presencia al maestro Manuel Muñoz Cedeño, que había instrumentado la marcha y era el director de la banda.
Udaeta llamó a Figueredo para espetarle la acusación que ya había hecho a Muñoz. «Señor Gobernador, no me equivoco al asegurar, como aseguro, que no es usted músico. Por lo tanto, nada lo autoriza a usted para decirme que ese es un canto patriota», le expresó Figueredo. Udaeta le contestó: «Dice usted bien; no soy músico, pero tenga la seguridad de que no me engañó. Puede usted retirarse con esa certidumbre».
en cadenas vivir es vivir. En afrenta y oprobio sumidos, Del clarín escuchad el sonido; ¡A las armas, valientes, corred…
El 10 de octubre de 1868, comenzó con el Grito de Yara, la Guerra de los Diez Años. El día 18 de octubre, se inició la toma de Bayamo y a las 11 de la noche del día 20, se firmó la capitulación de las fuerzas españolas.
En honor a este día, el 20 de octubre, se celebra en Cuba el día de la Cultura Nacional. Con la toma de Bayamo se popularizó este himno y a partir de entonces el pueblo cubano lo tomó como su llamado a la lucha.