Ambiente de hondo patriotismo se respiró este 30 de julio en La Habana, donde se conmemoró el aniversario 68 del asesinato de Frank País García y su compañero Raúl Pujol Arencibia, asesinados por esbirros de la tiranía batistiana, cuando entregaban lo mejor de su juventud a la causa de la Revolución.
En el otrora Buró de Investigaciones de la Policía Nacional de la dictadura batistiana en las calles 23 y 30, en el capitalino municipio de Plaza de la Revolución donde jóvenes revolucionarios fueron torturados y asesinados, hoy convertido en el Parque de los Mártires de la Clandestinidad, se realizó un acto político-cultural presidido por el miembro del Comité Central Liván Izquierdo Alonso, primer secretario del Partido en La Habana, y Raúl Alejandro Palmero Fernández, primer secretario de la UJC en la capital.
Previo al acto, una representación de las nuevas generaciones lanzaron ofrendas florales en la zona del Malecón, ubicada en la proximidades del Torreón de la Chorrera, antigua sede del Servicio de Inteligencia Naval de la dictadura batistiana, donde fueron torturados y desaparecidos el líder del Sindicato de los Trabajadores del Transporte, José María Pérez Capote, y las combatientes del Movimiento 26 de Julio Lidia Doce y Clodomira Acosta.
Jóvenes, trabajadores, combatientes de la Revolución cubana y familiares de los mártires de la Revolución, portaron fotografías de los asesinados por la dictadura batistiana. En la ocasión, recibieron el carnet de militantes del Partido Comunista de Cuba seis compañeros y 15 de la Unión de Jóvenes Comunistas.
Las palabras centrales del acto en la Habana por el Día de los Mártires de la Revolución fueron pronunciadas por Raúl Alejandro Palmero Fernández, primer secretario de la UJC en la ciudad, quien reafirmó que los jóvenes de hoy serán continuadores de aquella generación que derramo su sangre y ofrendaron sus vidas por un ideal.