El Instituto de Medicina Tropical Pedro Kourí (IPK) inauguró un laboratorio de alta tecnología y un insectario para el control de vectores, como parte de un proyecto de cooperación internacional que también beneficia al Instituto Nacional de Higiene, Epidemiología y Microbiología y al Instituto de Nefrología, junto a sus filiales en provincias, precisó la página web del Ministerio de Salud Pública (Minsap).
En el acto participaron Raphaël Trannoy, embajador de Francia en Cuba; Amaya Olivares Zapiain, jefa de cooperación de la Delegación de la Unión Europea; Vivian Kourí Cardellá, directora del IPK; Francisco Durán García, director nacional de Epidemiología del Minsap, así como representantes de la cooperación francesa, de la Unidad de Promoción de Salud y Prevención de Enfermedades, de la Secretaría Técnica de Una Sola Salud y otros invitados técnicos de diferentes centros y sectores.
Durante la ceremonia el embajador francés Raphaël Trannoy, declaró que: «Este laboratorio es más que una infraestructura, es un símbolo de nuestro compromiso compartido con la ciencia, la salud y la solidaridad».
Amaya Olivares, representante de la Unión Europea, señaló que la salud pública constituye un sector fundamental para el desarrollo de Cuba, felicitó a los involucrados en el proyecto y ratificó el compromiso de continuar trabajando juntos.
Fundado en 1937, el IPK es centro de referencia nacional e internacional en el estudio de enfermedades infecciosas y tropicales, con un papel decisivo en la investigación, diagnóstico y control de epidemias en Cuba y la región.

Con esta nueva infraestructura, la institución consolida su liderazgo en la vigilancia de dolencias emergentes y transmitidas por vectores.
La iniciativa, respaldada por la Cooperación Francesa, la Unión Europea y el Minsap, tuvo como propósito modernizar infraestructuras, ampliar capacidades científicas y acompañar la formación de equipos de salud pública en la Isla.
Durante la pandemia de la COVID-19, el proyecto destinó cinco millones 600 mil euros a la adquisición de respiradores y otros insumos esenciales, lo que reforzó la respuesta nacional frente a la crisis sanitaria.
Gracias a este esfuerzo conjunto, el IPK aplicó nuevas metodologías de biología molecular, perfeccionó el diagnóstico de enfermedades parasitarias y fortaleció la vigilancia de dolencias transmitidas por vectores.
El laboratorio dispone de un secuenciador de última generación y unidades modernizadas de genómica, bioinformática, biotecnología y microbiología celular.
Este proyecto también fortaleció la red de laboratorios provinciales, mejoró la seguridad biológica y la gestión de la calidad, y promovió la capacitación del personal científico cubano.
