Ser mujer en Cuba es sinónimo de valentía, identidad y compromiso con la Revolución. Así lo expresó Anabel Díaz Hurtado, diputada por el municipio villaclareño de Remedios a la Asamblea Nacional del Poder Popular, al destacar el rol esencial de la figura femenina en la vida parlamentaria y en la construcción del proyecto social en la Mayor de las Antillas.
Subrayó que su presencia en el Parlamento no solo representa una conquista histórica, sino también una profunda responsabilidad con las ideas y los derechos legados por generaciones de mujeres que lucharon por la justicia y la equidad.
“Ser mujer y estar en el Parlamento profesional implica un compromiso tremendo con la historia, con las ideas que nos legaron todas las que defendieron los derechos que hoy tenemos la convicción de mantener”, afirmó.
La también vicerrectora de la Universidad Central Marta Abreu de Las Villas expresó que el aporte de las mujeres al trabajo del Poder Popular se nutre de sus experiencias cotidianas, desde la ama de casa hasta la estudiante, desde la niña que sueña y defiende, hasta la profesional que transforma.

“Las mujeres enriquecen la labor parlamentaria con su postura, sus ideas, y con una espiritualidad que también produce y sostiene el proyecto social cubano”, señaló, quien posee, además, una hermosa historia de vida como madre y científica en nuestro país.
Y es que el protagonismo femenino, visible en el quehacer de jóvenes del Poder Popular y en científicas, directivas y madres como Anabel, no solo es muestra de compromiso, sino también un reto: el de expresar al mundo lo que es posible alcanzar cuando la mujer ocupa el centro de la vida, de la acción y de la transformación.