A Cuba y a Fidel, ni la muerte los separa
2018-08-12 12:44:41 / web.radiorebelde@icrt.cu / Yaicelín Palma Tejas
“A veces me parece que Fidel sigue vivo”, me dijo una vecina hace unos días mientras veíamos juntas una noticia sobre cómo escaseaban en todo el país los tabloides con el proyecto de Constitución.
“El pueblo no lo ha dejado morir, y le ha sido más leal de lo que muchos pensaban”- siguió aquella mujer que sin saber de política ni tener otra fuente de información ajena a la prensa nacional, percibió la vigencia del pensamiento del líder histórico de la Revolución cubana, en cada uno de los acontecimientos y procesos que se han gestado en Cuba, después de la desaparición física del Comandante.
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— teleSUR TV (@teleSURtv) 12 de agosto de 2018
Seguidamente me argumentó aquella conclusión a la que había llegado desde su humilde poder de raciocinio, y me dijo:
-Primero, las elecciones, de las que resultó un presidente joven, que no luchó en la Sierra ni fue Rebelde, ni asaltó el Moncada, ni vino en el Granma, pero es el que responsablemente fue ganando la confianza de todos y en especial la de Raúl; y además porque yo lo miro y veo tanto de Fidel en él.
Foto:Estudio Revolución.
“No ha parado ese hombre -exclamó- se la pasa de provincia en provincia intercambiando con el pueblo, y nada de intermediarios, él directamente con la gente, como cuando pasaban los ciclones y Fidel iba corriendo a los lugares más afectados y visitaba a los damnificados y evacuados, y caminaba por encima de los escombros y por los campos donde el fango daba al pecho, con tal de ver el problema”.
“¿Y no viste lo último que hizo Díaz-Canel?” -me preguntó ella como si fuera la periodista y yo un objeto inanimado, porque no me dejaba hablar.
“Un muchacho le pidió un selfie y él accedió, y hasta le dijo que él no era su presidente, sino su compañero. Así mismo era Fidel con los jóvenes, simpatiquísimo”.
“Lo otro -continuó- es que ahora todos estamos enfrascados en la lectura del proyecto de Constitución. El pueblo está muy interesado en participar en este proceso, nadie quiere que sus intereses se queden sin ser escuchados, y casi todos sentimos la sensación de que ya habíamos sido convocados desde antes por el Comandante, cuando aquel primero de mayo del año 2000 nos llamó a hacer Revolución cambiando todo lo que debía ser cambiado”.
Mi vecina también me habló de los congresos que se habían efectuado este año, el de los jóvenes universitarios y el de los periodistas, y de los que faltaban por celebrar en este mismo calendario, el de la Central de Trabajadores de Cuba y el de los Comités de Defensa de la Revolución, y me dijo risueña que seguramente en todos una frase de Fidel adornaría el plenario, y que en cada intervención se citaría a Fidel.
En mi asombro, y mientras aquella mujer se empeñaba en demostrarme que ella sabía más de lo que yo imaginaba, yo recordaba la cantidad de usuarios de Facebook que aún mantienen el retrato del Comandante en sus fotos de perfil como muestra de respeto y admiración; y cuantos, desde hace varios días, han dedicado en las redes sociales hermosas palabras con motivo de su cumpleaños este 13 de agosto.
También pensé en el Foro de Sao Paulo, donde se ratificó la unidad de Latinoamérica por la que tanto luchó Fidel, y el XVII Festival Mundial de la Juventud y los Estudiantes celebrado en el mes de octubre de 2017 en la ciudad rusa de Sochi, en el que el líder de la Revolución cubana fue motivación y ejemplo para los participantes.
Asimismo pienso en los miles de médicos y maestros que no han dejado de brindar ayuda internacionalista en otros países, porque se formaron bajo el principio fidelista de que la solidaridad une a los hombres y a los pueblos; y los deportistas que salen en busca de una medalla pensando en Fidel y luego le dedican el triunfo antes que a la familia; y los miles de niños, jóvenes y ancianos que todavía gritan “Yo soy Fidel”.
Aquella noche dormí feliz, mi vecina me convenció de que al pueblo cubano y a Fidel, ni la muerte los separa.