Lunes, 29 de Mayo de 2023

Detrás de la música: Alma Cogan

2022-11-17 16:37:20 / web.radiorebelde@icrt.cu / Pedro Rafael Cruz González


Detrás de la música: Alma CoganFoto: BBC

Una noche veraniega de junio del 64, en un elegante departamento en el centro de Londres, el manager de The Beatles, entonces en la cúspide Brian Epstein, entraba con ellos a una trascendental reunión donde estaban personalidades de la talla del dramaturgo Nöel Coward, Sir Joseph Lockwood, ejecutivo del sello discográfico EMI, el productor George Martin y dos íconos del Rock’n Roll: Chuck Berry y Carl Perkins. Era el hogar de Alma Cogan, la chica con una risa en la voz, cantante representativa del Reino Unido desde la década de los 50, nacida el 19 de mayo de 1932 en la capital británica.

Ahí vivían Alma, su hermana Sandra Caron, actriz que escribiría las memorias de Alma post mortem y su madre Key. Descendientes de una familia judía rusa-rumana, tuvieron mucho acercamiento hacia las artes musicales y teatrales, cuando durante la segunda guerra mantenían espectáculos en los túneles del metro para entretener a la gente que se refugiaba de los bombardeos nazis sobre Londres.

Algunos de los temas melodiosos que grabó para la Columbia fueron Bell Bottom Blues, en abril de 1954, y su primer número 1 Dreamboat, a finales de ese año. Entre 1955 y 196, grabó un tema muy melódico que le dio buenos resultados, Sugartime, canción con la que el joven John Lennon, entonces estudiante del Instituto de Artes de Liverpool, hacía mucha mofa con ella, al grado de decir que la odiaba. Eso era parte de las bromas para conquistar a su entonces novia Cynthia Powell.

Detrás de la música: Alma Cogan

Pero aquella reunión antes mencionada despertó una mutua impresión entre Alma y Lennon. A partir de ese día, Alma Cogan se convirtió en una amiga íntima del cuarteto, en especial de John y de Paul.

Brian Epstein, por su parte, colocó a Alma entre los artistas exclusivos que abrían siempre los shows de The Beatles y la convirtió, incluso, en una artista recurrente en algunos de los conciertos y en programas televisivos, donde ya se notaba una relación algo más que amistosa entre ella y John.

Alma se convirtió en una amiga confidencial, que le proporcionaba al beatle una serenidad y confianza ante el éxito que lo abrumaba y lo perdía en tremendas confusiones. Una mujer ocho años mayor que él le demostraba la serenidad que debía tener ante un escenario, ante la prensa, ante la inspiración al componer, certezas que poco o nada le proporcionaba su entonces esposa.

Detrás de la música: Alma Cogan

De acuerdo a Chris Hutchins, había una fuente de inspiración y confianza que hacía que John volviese a ver en Alma a Julia, la madre que nunca tuvo en su infancia y poco en su juventud. Ese tramo que le hacía falta en una mujer mayor como Yoko Ono, que lo manejó virtuosamente en todos los sentidos.

Hay más. Paul McCartney fue quizás no sólo un testigo del affaire Cogan-Lennon, sino un amigo de Alma, quien recurría constantemente al departamento citado para tomar una copa o mostrarle algunos de sus arreglos buscando una opinión. Y así fue.

En la primavera de 1965, Paul fue allí y Alma recibió al joven McCartney con una inquietud: este había soñado una tonada que no sabía adónde la había escuchado o si realmente era algo original. Se sentó en el piano negro que la cantante tenía en el salón y comenzó a tocar los primeros acordes de lo que sería el tema más versionado de la historia.

Detrás de la música: Alma Cogan

Key, la madre de Alma, se levantó y –sin remedio– les dijo si querían de una vez desayunar y se encaminó a prepararles huevos revueltos, scrambled eggs, que como título provisional Paul tuvo la idea de ponerle así a su nueva composición en ciernes.

Para entonces, a finales de 1964, el álbum BEATLES FOR SALE tenía una serie de temas que hacían remembranza y homenaje a sus años rocanroleros, como lo fueron Mr. Moonlight, Everybody tryng to be my baby, Honey Don´t, Kansas City y Rock’n Roll Music, de autores como Perkins, Lieber & Stoller entre otros, pero también sus temas propios. Entre ellos, estaban Eight Days a Week de Lennon & McCartney, que en su mayoría pertenece a la creación de Lennon, donde de manera incógnita le solicitaba a Alma estar con él ocho días a la semana.

A partir de 1965, otras intérpretes femeninas más jóvenes como Helen Shapiro, Sandy Shaw, Cilla Black y Lulu, obligaron a Alma a recurrir temas de The Beatles como su fuente de inspiración sentimental y musical del momento.

Hay quien afirma que la canción de 1965 You´ve got to hide your love away, a pesar de su título, fue donde John mostraba a todos que no tenía por qué ocultar su amor.

Poco después, Alma Cogan falleció el 26 de octubre de 1966 por un cáncer uterino que no pudo atender a tiempo, justo dos semanas antes que John Lennon llegara a las puertas de una Galería londinense para conocer por primera vez a la artista conceptual japonesa Yoko Ono.

Detrás de la música: Alma Cogan

Los datos están ahí, a nosotros solo nos resta investigar…

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