Detrás de la música: Un clásico en dos idiomas (+ Podcast)
2022-11-04 09:40:55 / web.radiorebelde@icrt.cu / Pedro Rafael Cruz González
El mundo de las versiones siempre me es muy atractivo. De verdad que vale la pena tener en cuenta las distintas maneras que los músicos asumen los temas de moda y cómo tratan por todos los medios de mostrar su talento, su creatividad. Hoy, vamos con una de las canciones más famosas de la historia, por lo que el disfrute está asegurado.
Supongo que ya les he contado en múltiples ocasiones que Satisfaction es básicamente producto de un sueño de Keith Richards, el legendario guitarrista de los Stones. Finalizado un concierto en un lugar de los Estados Unidos, Richards estaba en la habitación de su hotel con varios tragos de más, cosa no muy rara; se puso a jugar con el instrumento; echó a andar la grabadora y, a la mañana siguiente, lo que había allí eran quince minutos de un fantástico riff de guitarra, o sea, un punteo y una hora de ronquidos.
Mick Jagger, la otra parte del tándem creativo de los Stones, escuchó detenidamente lo que su compañero había compuesto y le encontró material suficiente para una letra que mostrara las ansias de la juventud de la época y la violencia imperante. Nacía así Satisfaction, satisfacción, cuyo nombre real es I can’t get no satisfaction, “no puedo tener satisfacción”, un verdadero himno para la juventud de aquellos días y la absoluta consolidación en la carrera de los británicos.
Imaginen la tarea de versionar o copiar al español el tema.
Una de las primeras dificultades era el sonido en la guitarra que era una novedad en ese instante. Recuerdo muy bien un concierto en el pabellón Cuba del grupo de Armando de Zequeira, músico destacado en el ámbito criollo, y la burla de todos los del barrio, porque aquello sonaba fatal.
También el hecho real de los ortodoxos roqueros que no quieren reconocer al rock en español. De ninguna manera. Simplemente, no. Aunque a mí me parece que hay trabajos que pueden ser fácilmente reconocidos, como el de Los Mustangs en España o el de Roberto Jordán en México.
Hay otros y muy buenos ejemplos, pero en aquellos 60 la Madre Patria se llevaba las palmas muy por encima de los aztecas. Claro, después nos enteramos que muchas de esas versiones gallegas que a esta Isla llegaron se grabaron en Londres y no debemos olvidar, tremendo ejemplo, que el mismísimo Black is Black, de Los Bravos lo grabaron músicos ingleses.
Bueno, los temas mexicanos dejaban bastante que desear. El sonido de los instrumentos no era el más agradable, pero lo peor eran las letras. Mostraban cosas demasiado mexicanas como La Chula Consentida o Hey, Lupe.
Pero el grupo Los Apson, llamados así por ser de Agua Prieta en el estado norteño de Sonora, Los Apson, los mismos de Cuando apenas era un jovencito, hicieron valer el esfuerzo.
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