El abrazo que selló un milagro de humanidad
2022-06-07 05:08:24 / web.radiorebelde@icrt.cu / Alfredo García Pimentel
Fotos: Del autor
Ezequiel es un nombre muy común en Venezuela, pero en el pequeño Ezequiel Guzmán hay algo especial. Con solo 3 años, lleva media vida luchando contra la esclerosis tuberosa, una enfermedad genética que le provoca el crecimiento aleatorio de tumores benignos en órganos y tejidos, una enfermedad convertida en pesadilla para su familia.
Eliana Estevánez, madre del inquieto pequeño, cuenta que todo comenzó con una convulsión, que la familia achacó a un malestar gástrico. Médicos venezolanos indagaron y llegó el terrible diagnóstico.
“Eso fue cuando tenía menos de 2 años y, desde entonces, hemos estado luchando contra la enfermedad y las limitaciones que provoca, pues dejó de hablar, de caminar… en fin, ya no era mi Ezequiel”.
Pero los milagros de humanidad existen y tocó al médico cubano Hanoi González Cruz llegar a la vida de Ezequiel para cambiarla.
Dice Eliana que todo ocurrió de casualidad. “El niño bajó con su papá a botar la basura y se cruzaron con el doctor, al que no conocían. Ezequiel se sintió atraído por el doctor Hanoi, y gracias a él, todo empezó a mejorar”.
La historia, ciertamente, conmueve a cualquiera. Cuenta el especialista cubano que notó que el niño tenía una afección de salud y el padre le dio los detalles del diagnóstico. “También me dijo que nunca habían podido inscribirlo en ningún programa de rehabilitación, por lo costoso de los mismos aquí en Venezuela. Ahí entendí que había que ayudar a esta familia”.
Un abrazo espontáneo entre un niño y un hombre, entre Cuba y Venezuela, obraron el milagro. Ezequiel necesitaba ayuda y Hanoi es el jefe técnico de Servicio de Rehabilitación del Centro de Salud Integral “Salvador Allende”, una institución de excelencia de la Misión Médica cubana en Caracas.
“Vino a la clínica, fue valorado por varios especialistas y se le indicó una plan de rehabilitación en distintos frentes, como la logofoniatría, pues Ezequiel dejó de emitir sonidos a temprana edad, y por la parte física, pues presentaba poco control cefálico, no podía subir y bajar escaleras, y se cansaba muy rápido. Eso va cambiando poco a poco”.
Tras solo dos semanas de rehabilitación, Ezequiel es un niño que avanza.
Eliana lo dice con orgullo. “Ya intenta decir MAMÁ, PAPÁ y AGUA. Ya sube y baja escaleras, tiene más fuerza. Creo que vamos por buen camino".
Mucho habrán de trabajar, familia y médicos, para convertir a Ezequiel Guzmán en un hombre especial, uno al que no limite ni siquiera una enfermedad incurable. El primer paso ya está dado, gracias a un abrazo en plena calle, gracias a un milagro de humanidad que día a día, obra la Misión Médica cubana en Venezuela.
Y mientras su mamá agradece la ternura y profesionalidad de los médicos cubanos hacia Ezequiel, el doctor Hanoi González Cruz lo tiene claro: “somos cubanos y nos educaron en el amor a todos, en especial a los niños. Que él avance y pueda, algún día, valerse por sí mismo y ser útil a la sociedad, es para nosotros, la mayor recompensa".
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Viviana Cuba
No me sorprende tan humana labor, así somos los cubanos,tenemos el amor inculcado hasta lo más profundo.Tenemos una gran capacidad para dar lo que tenemos y cambiar la vida de quienes nos necesitan sin nada a cambio.Orgullosa de haber pertenecido a esa brigada en Venezuela perteneciente al CSI "Salvador Allende (Chuao),de haber tenido a Hanoi como compañero de trabajo al igual que a todos los que tuve el privilegio de conocer.Bendiciones infinitas "Cuba".
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