A sesenta años de la partida del yate Granma de Tuxpan, el azar quiso que este 25 de noviembre, partiera hacia la inmortalidad, el querido Comandante Fidel, quien con sus noventa años a cuestas supo burlarse del tiempo y hasta su último aliento luchó por el bienestar de todos y para el bien de todos.

Profundamente consternados al conocerse la triste noticia del fallecimiento de Fidel, desde todos los confines comenzaron a aparecer en redes sociales, sitios webs, medios digitales, así como televisoras y radio emisoras, mensajes de condolencia que incluían tanto a figuras políticas como a gente humilde y trabajadora quienes se sumaron al dolor del pueblo cubano.

El hombre que trajo la luz de la esperanza al continente americano, ya no estaría físicamente entre nosotros.



De emblemática barba y uniforme verde olivo, el Comandante en Jefe, llamado sencillamente Fidel por los cubanos, fue un líder de personalidad impactante universal y de pensamiento previsor.

El como nadie supo vislumbrar los peligros que se cernían sobre la especie humana amenazada con crisis económicas, guerras, y las afectaciones del cambio climático.



El valeroso titán que enfrentó a las administraciones norteamericanas de turno a la invasión mercenaria por Playa Girón organizada por la CIA en 1961, a la crisis de los misiles de 1962, al bloqueo impuesto por Washington desde hace mas de cinco décadas, y a cuanta amenaza y atentado quisieron hacerle, se fue como diría un colega periodista, Cuando él quiso, no cuando quisieron desaparecerlo.

Este 25 de noviembre, Fidel, partiste como aquel 25 de noviembre de 1956 con el Granma, pero esta vez, tu punto de desembarque será la eternidad.

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