José Martí: significación y vigencia de su vida y obra
2020-01-28 11:48:08 / web.radiorebelde@icrt.cu / Víctor Pérez Galdós
“Cuando nací la naturaleza me dijo: ¡ama!; y mi corazón, dijo: ¡agradece!”: en el folleto titulado Guatemala, editado en 1878, José Martí manifiesta cómo concebía la vida.
En una modesta casa de dos plantas situada en la entonces calle Paula número 41 (hoy Leonor Pérez 314), en La Habana Vieja, se produjo el nacimiento de Martí el 28 de enero de 1853.
Tuvo una vida breve pero fecunda. Su existencia se desarrolló por tan sólo 42 años.
José Martí fue capaz de actuar en correspondencia con sólidos principios. Precisamente, con respecto al significado que le atribuyera a la vida y al modo de actuación de los seres humanos, y de la suya en específico, expuso consideraciones en múltiples trabajos periodísticos, así como en sus discursos, cartas y poemas.
Él expuso que la vida era un provechoso libro abierto y precisó además en sus Cuadernos, apuntes:
En sus trabajos periodísticos Martí igualmente opinó en torno al significado que le atribuía a la vida. En un trabajo titulado Noticias de Francia, publicado en La Opinión Nacional, de Caracas, Venezuela, el tres de octubre de 1881, señaló: “La vida es un río quebrado que, en busca de un mar inmenso, corre hacia delante sin cesar”. Y en esa misma publicación venezolana, en la edición correspondiente al 19 de mayo de 1882, expresó: “El objetivo de la vida es la satisfacción del anhelo de perfecta hermosura, porque como la virtud hace hermosos los lugares en que obra, así los lugares hermosos obran sobre la virtud”.
En la Sección Constante que elaboró, para dicho periódico, Martí patentizó el 15 de junio de 1882 que el misterio no está en el modo con que se desarrolla la vida, sino en la esencia de la vida y casi dos años más tarde, en un material sobre los Estados Unidos, reflejado en Nueva York en la revista La América, en enero de 1884, destacó:
“La vida es sutil, complicada y ordenada, aunque parezca brusca, simple y desordenada al ignorante. La vida es una agrupación lenta y un encadenamiento maravilloso. La vida es un extraordinario producto artístico”.
Igualmente, en discursos y poemas trató sobre este tema. En uno sus Versos Libres, expuso:
Lo que me duele no es vivir; me duele
Vivir sin hacer bien
Resulta importante que para poner de manifiesto como Martí fue capaz de actuar en plena correspondencia con lo que dijera y o escribiera cite algunos instantes cruciales de su existencia y de cómo reaccionó.
Siendo un niño de nueve años vive una experiencia singular cuando reside por espacio de varios meses, en compañía de su padre, en Caimito de Hanábana, en la provincia de Matanzas. Durante su estancia en esta zona rural de Cuba, Martí entró en contacto estrecho con la naturaleza y apreció disímiles características de la flora y la fauna cubanas. Conoció igualmente las diferencias existentes entre la situación de los campesinos ricos y los pobres, y los horrores que padecían los negros esclavos.
Las vivencias relacionadas con el sistema esclavista en Cuba quedaron grabadas en su memoria. Y acerca de ello trató varios lustros después, exactamente en 1890, cuando en uno de los 46 poemas que conforman su libro Versos Sencillos, manifestó:
Otro momento importante en su vida en el que evidenció nuevamente cómo era capaz de sufrir mucho por el dolor que padecían otros seres humanos, más allá del que podía experimentar a título personal, fue cuando siendo un adolescente tuvo que enfrentar el presidio político y la realización de trabajo forzado.
Por sus convicciones patrióticas el joven Martí fue detenido en octubre de 1869 y varios meses después resultó condenado a varios años de presidio y la realización de trabajo forzado en las Canteras de San Lázaro.
De modo esencial al exponer lo que sentía al ver los atropellos que se cometían contra los prisioneros, incluso algunos de ellos hombres de avanzad edad, y otros adolescentes, José Martí se refirió varios meses después de haberse conseguido su excarcelación, al escribir en 1871 un folleto en España, donde había sido deportado.
Martí tituló su trabajo como El Presidio Político en Cuba. Manifestó al respecto:
En forma elocuente, dejó constancia de su solidaridad con los que seguían padeciendo el presidio y el trabajo forzado en Cuba. Expuso:
Desde enero de 1871 Martí se había visto obligado a residir como deportado en la metrópoli española alejado de su tierra natal, de sus familiares y amigos. Pero siguió siempre haciendo lo que estaba a su alcance para denunciar lo que ocurría en Cuba y también con respecto a la guerra por la independencia que desde 1868 se estaba llevando a cabo.
El joven Martí, por ejemplo, condenó el vil fusilamiento en Cuba el 27 de noviembre de 1871 de ocho inocentes estudiantes de medicina.
En 1872 en el primer aniversario de ese vandálico hecho elabora una proclama y también un poema dedicado a sus hermanos muertos el 27 de noviembre. En ese poema expone una significativa consideración sobre la muerte al señalar:
En 1873 igualmente reacciona al proclamarse la República en España. Entonces escribe un trabajo titulado La República española ante la Revolución Cubana, en el que señaló:
“Hombre de buena voluntad, saludo a la República que triunfa, la saludo hoy como la maldeciré mañana cuando una República ahogue a otra república, cuando un pueblo libre al fin comprima las libertades de otro pueblo, cuando una nación que se explica que lo es, subyugue y someta a otra nación que ha de probar que quiere serlo”.
Trató Martí también acerca de la lucha de Cuba por su independencia y significó: “Mi patria escribe con sangre su resolución irrevocable. Sobre los cadáveres de sus hijos se alza a decir que desea firmemente su independencia. Y luchan, y mueren. Y mueren tanto los hijos de la península como los hijos de mi patria. ¿No espantará a la República española saber que los españoles mueren por combatir a otros republicanos?”
El tema de la independencia de Cuba fue algo esencial en la vida de José Martí. Y obviamente, más allá de su labor como poeta, periodista, orador, maestro y cónsul de países latinoamericanos en Nueva York, cabe señalar que algo esencial en su existencia fue su consagración a la causa por lograr la liberación de su tierra natal del dominio colonial español y contribuir con ello a fortalecer la independencia de otros países latinoamericanos.
En los años finales de la década del ochenta y el primer lustro de la etapa final del siglo XIX Martí se consagró por entero a lograr ese objetivo. Contactó a varios de los más capaces luchadores independentistas que ya habían participado en etapas anteriores de la gesta patriótica, así como motivó a otros, incluido muchos jóvenes a sumarse a la causa. Recorrió distintas ciudades norteamericanas para reunirse con cubanos. Visitó varios países para entrevistarse, por ejemplo, con Máximo Gómez y Antonio Maceo, respectivamente. Pronunció diversos discursos, entre ellos uno pronunciado en la ciudad estadounidense de Tampa el 26 de noviembre de 1891 en el que destacó: “De altar se ha de tomar a Cuba, para ofrendarle nuestra vida, y no de pedestal, para levantarnos sobre ella”.
También se refirió a cómo concebía el futuro de Cuba: “Yo quiero que la ley primera de nuestra república sea el culto de los cubanos a la dignidad plena del hombre”. Su gran sensibilidad como ser humano igualmente se hace constar en sus palabras puesto que aseguró: “En la mejilla ha de sentir todo hombre verdadero el golpe que reciba cualquier mejilla de hombre...”
Al día siguiente en otro emotivo discurso en Tampa recordó a los ocho estudiantes de medicina fusilados en La Habana veinte años atrás y además se refirió al compromiso de las nuevas generaciones de cubanos que patentizaban su disposición de continuar la lucha por la independencia de Cuba. Martí hizo además reflexiones sobre la muerte y al respecto expresó: “Otros lamenten la muerte necesaria, yo creo en ella como la almohada, y la levadura, y el triunfo de la vida.”
Martí creó el periódico Patria como vehículo difusor de las ideas independentistas y también fundó el Partido Revolucionario Cubano, proclamado de modo oficial el 10 de abril de 1892.
Sobre todo, en el periódico Patria en varios trabajos que publicó se refirió al sentido de la guerra por la independencia de Cuba. Acerca de ello expuso en el trabajo titulado Nuestras ideas reflejado en la edición inicial de la citada publicación el 14 de marzo de 1892:
Entre 1892 y la etapa inicial de 1895 Martí dedicó todo su empeño y labor en lograr la pronta reanudación de la guerra por la independencia de Cuba. A finales de enero de 1895 tras haber firmado la Orden de Alzamiento salió de los Estados Unidos hacia Santo Domingo para reencontrarse con Máximo Gómez y desde allí partir posteriormente hacia Cuba. En Santo Domingo conoció que el 24 de febrero se había reanudado la guerra. Entonces ansia trasladarse con rapidez a Cuba pero tiene que permanecer todavía algo más de un mes en el territorio dominicano.
En la ciudad de Montecristi junto a Máximo Gómez firma el 25 de marzo un Manifiesto dirigido al pueblo de Cuba, en el que se destacó: “Honra y conmueve pensar que cuando cae en tierra de Cuba un guerrero de la independencia, abonado tal vez por los pueblos incautos o indiferentes a quienes se inmola, cae por el bien mayor del hombre, la confirmación de la república moral en América, y la creación de un archipiélago libre donde las naciones respetuosas derramen las riquezas que a su paso han de caer sobre el crucero del mundo”.
El 11 de abril de 1895, después de encarar y vencer diversos obstáculos, Martí junto a Máximo Gómez y otros patriotas, llega a Cuba por la zona de Playitas de Cajobabo. Detalla en su diario al resumir lo que experimenta en ese instante: “Dicha grande.”
Consecuente con sus principios relacionados con el sacrificio y con el deber Martí encaró con singular entereza las duras condiciones de vida en campaña así como el peligro de perder la vida en algún enfrentamiento con soldados españoles. Quiso con la fuerza que emana del ejemplo influir en el desarrollo de la guerra. Y en una carta que quedó inconclusa y que había empezado a escribirle a su amigo mexicano Manuel Mercado, el 18 de mayo de 1895, señalaba con particular firmeza y sencillez: “Ya estoy todos los días en peligro de dar mi vida por mi país y por mi deber –puesto que lo entiendo y tengo ánimos con que realizarlo- de impedir a tiempo con la independencia de Cuba que se extiendan por las Antillas los Estados Unidos y caigan, con esa fuerza más, sobre nuestras tierras de América". Y seguidamente puntualizó: “Cuanto hice hasta hoy, y haré, es para eso”.
Al día siguiente, el 19 de mayo de 1895, en la zona de Dos Ríos, se produjo la caída de José Martí.
Pero más allá de su desaparición física Martí creció en dimensión histórica. Su ejemplo, su legado, han seguido sirviendo de fuente de motivación y enseñanza a través del tiempo.
Puede decirse que se ha hecho realidad un principio muy significativo expuesto por el propio Martí en torno a la muerte cuando afirmó: “…la muerte da jefes, la muerte da lecciones y ejemplos, la muerte nos lleva el dedo por sobre el libro de la vida: ¡así de esos enlaces continuos invisibles se va tejiendo el alma de la patria!”
La trascendencia y vigencia de la vida y la obra de José Martí han sido destacadas por personalidades cubanas y también de otras partes del mundo.
El máximo líder de la Revolución Cubana, Fidel Castro, continuador de la obra realizada por Martí y otros patriotas cubanos, llegó a señalar en La Historia me Absolverá, alegato expuesto el 16 de octubre de 1953 en el juicio que se le seguía por haber encabezado los asaltos a los cuarteles Moncada y Carlos Manuel de Céspedes el 26 de julio de ese año: “Traigo en el corazón las doctrinas del Maestro”.
Tras el triunfo de la Revolución Cubana, Fidel en discursos pronunciados e incluso en sus Reflexiones se refirió a la trascendencia que tiene en nuestra historia José Martí y de cómo su existencia y sus principios tienen una gran significación y vigencia, no sólo para Cuba sino también para el mundo. El 29 de enero de 2003, en el acto de clausura de la Conferencia internacional Por el equilibrio del mundo, efectuada en La Habana con motivo del sesquicentenario del natalicio de José Martí, Fidel aseguró:
Más allá de Cuba, ¿qué recibió de él el mundo? Un ejemplo excepcional de creador y humanista digno de recordarse a lo largo de los siglos. ¿Por quiénes y por qué? Por los mismos que hoy luchan y los que mañana lucharán por los mismos sueños y esperanzas de salvar al mundo, y porque quiso el azar que hoy la humanidad perciba sobre ella y tome conciencia de los riesgos que él previó y advirtió con su visión profunda y su genial talento.
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